tag:blogger.com,1999:blog-45765230224726742682024-03-05T23:45:31.771-06:00Café del BuenoUna buena charla, compartir experiencias, todo acompañado de un buen café.Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.comBlogger230125tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-22405534277804923492017-09-05T00:00:00.001-05:002017-09-05T00:00:32.724-05:00Una de JuanGa en el día de los abuelos<h2><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0); font-size: 17px;">Hace un año se fue El Divo de Juárez, su legado aún sigue vivo. Su música marcó mi vida en un momento muy especial. Ver a JuanGa en el escenario fue espectacular, compartirlo con mis abuelos fue maravilloso.</span></h2><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Mis abuelos me contaban de sus gustos musicales; a mi abuela le encantaba Vicente Fernández, me platicaba cómo lo conoció, las veces que pudo disfrutar un concierto de él y sus canciones favoritas. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Mi abuelo en cambio siempre fue más reservado, platicaba de la música en general y era muy velada su emoción cuando se trataba de algún artista. Si llegaba con un cd bajo el brazo, ya sabíamos que había estado escuchando la música de ese artista y le había llamado la atención. Él era muy ecuménico, podía tener discos tan variados desde Lola Beltrán hasta Lou Vega, su guilty pleasure era el mambo number 5.</span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Pero si de música mexicana se trataba, ellos adoraban a JuanGa. Les encantaba el disco que sacó de su concierto en Bellas Artes. Y siempre me decían lo mucho que les gustaría asistir a un concierto...un buen día se pudo. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Ese día fue por demás especial. No solo estaban emocionados por el evento sino también sería la primera vez que pisarían el Coloso de Reforma. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Mi abuelo ya tenía problemas en su vista, cosa que nos preocupaba porque pensamos que no alcanzaría a ver todo; las pantallas dispuestas junto al escenario fueron suficientes para que él lo viera sin ningún problema.</span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Pudo disfrutar como niño de la velada, se impresionaba de lo bien que se sabía mi hermana las letras de las canciones y, en un momento, me agarró del brazo y me dijo cuán maravillosa era la arquitectura del lugar. Hija, nunca pensé en entrar a ver el auditorio por dentro. ¿Te gusta abue?, ¡claro! Es impresionante.</span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Esa noche fue completa, el Divo cantó las canciones favoritas de mis abuelos, no se cayó pero dio un show maravilloso. No cabe duda que lo suyo era eso, ser una reina en el escenario. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">El concierto lo despidió con el Noa Noa, cuando íbamos de regreso a casa seguíamos tarareando sus canciones. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Nunca olvidaré esa noche. La sonrisa de mis viejos, nuestro primer concierto con ellos en ese lugar y la magia de la música de JuanGa ahora acompañando mis recuerdos.</span></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-9687446266666519162017-06-26T22:33:00.001-05:002017-06-26T22:33:43.968-05:00La clase de Matemá-Tri-casLa copa confederaciones está transmitiéndose en la televisión. Hace un par de días, mientras se jugaba el partido entre México y Nueva Zelanda, recordé mis días de secundaria y las ansias de seguir a mi selección. <div><br></div><div>Como hace unos cuantos años ya de esto, no recuerdo bien si se jugaba un mundial o la misma copa, lo que sí recuerdo son las estrategias que mis compañeros y yo usábamos para estar al pendiente de los partidos de futbol.</div><div><br></div><div>Eran todavía años sin celular ni tabletas, vaya, no era la Edad de Piedra. Para ubicarnos en el tiempo los discman estaban de moda. ¿Ven? Aún soy muy joven. </div><div><br></div><div>Recuerdo muy bien ese día, la selección mexicana jugaba por ahí de las diez de la mañana. Nosotros en clase de matemáticas y con la maestra más exigente de todas, o por lo menos eso nos hacía creer. Siempre con el carácter duro, el ceño rígido y sus gises de colores para explicar las ecuaciones de segundo grado. </div><div><br></div><div>Miss, ¿podemos pedir la sala de audiovisuales para ver el partido? ¿Nos da chance de verlo en su clase? Fueron las plegarias de nosotros, muchachos con mucha fe y un rotundo NO como respuesta. ¡Ándele, Miss no sea malita! De nuevo la negativa y ahora con la amenaza de un punto menos si seguíamos insistiendo.</div><div><br></div><div>Miss 1- alumnos 0</div><div><br></div><div>¡Ah! Pero alguien por ahí sacó un radio portátil y se puso un audífono blanco. Sintonizó la estación y todo iba bien. Levantó el pulgar a sus amigos y en un segundo todo el salón ya sabía que tendríamos reseña a señas. </div><div><br></div><div>La clase continuaba, X despejaba a Y mientras Luis García hacía un tiro de media distancia. El problema fue, cuando al cobrar el disparo, el grito ahogado de mi compañero, y su evidente audífono blanco, lo descubrían ante la maestra y le quitaron el radio. </div><div><br></div><div>Y nos fuimos al medio tiempo. </div><div><br></div><div>En la última fila del salón se planeaban las estrategias para la segunda parte del partido. Una tele portátil sin sonido parecía nuestra salvación pero se quedó sin batería. </div><div><br></div><div>De pronto, el jugador estrella logró esconder un audífono negro entre la manga de su suéter. Recargó su cabeza a modo de gesto aburrido sobre su mano izquierda, tapando el cable y devolviéndonos la esperanza del partido. </div><div><br></div><div>Miss 1 - alumnos 1. Se empieza a calentar el asunto. </div><div><br></div><div>Ya con el pizarrón lleno de colores y resueltas Dios sabe cuántas incógnitas, la Miss nos daba la espalda, enfrascada en terminar el último problema que encontró en el Baldor. </div><div><br></div><div>De pronto el jugador estrella se pone nervioso y hace un ademán. Todo el salón reacciona atento al movimiento. Marcaron penal. </div><div><br></div><div>La maestra algo sospechó y volteó hacia el grupo examinándonos uno a uno, tratando de descubrir lo que tramábamos. Nada vio y continuó con lo suyo. </div><div><br></div><div>Y fue en ese momento cuando el portero no adivinó la trayectoria del balón y entró a la portería hasta donde las arañas hacen su nido.</div><div><br></div><div>Nuestro compañero alzó las manos con los puños cerrados, cerró los ojos y musitó "gol".</div><div><br></div><div>La alegría inmensa de todo el salón imitó el movimiento. El espacio se llenó de alegría a señas y brazos agitados por la emoción.</div><div><br></div><div>Como en cámara lenta, repitiendo la jugada, la Miss giró su cabeza y todos estábamos con los brazos abajo y miradas atentas al pizarrón. Nunca se dio cuenta de la celebración. </div><div><br></div><div>El silbato marcó el final del partido y la clase de matemáticas. Cuando la maestra abandonó el salón, gritamos de alegría y saltamos al grito de ¡México, México! </div><div><br></div><div>Miss 1-alumnos 2. </div><div><br></div><div>Ese marcador nos supo a gloria. Claro, tanto escándalo regresó a la maestra y nos calló, pero el sabor a victoria ya inundaba nuestro paladar. ¡Benditas travesuras!</div><div><br></div><div>Desafortunadamente yo no terminé de ver el partido entre México y Nueva Zelanda, horas después celebré el triunfo de los mexicanos en Rusia.</div><div><br></div><div>Eso sí, las risas que me evocaron los recuerdos de mi infancia la sigo disfrutando hasta el día de hoy. Que viva el futbol.</div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><div><br></div><div><br></div></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-27654012806591304892016-11-23T09:02:00.001-06:002016-11-23T09:02:53.886-06:00Del transporte público y sus usuarios<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">Por fin se desocupa un lugar y pido permiso para sentarme. La chica que ocupa el primer asiento me pregunta hasta dónde voy. ¿Importa? Necesito sentarme, el camión avanza rápido y en cualquier momento frenará de sopetón. </p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">Contesto a su pregunta y duda en cederme el primer asiento o el que está junto a la ventana. Opta por recorrerse y saca su lápiz negro para delinearse los ojos. </p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">El resto del camino trata de terminar con su maquillaje, tarea nada fácil y menos porque el sol le da en la cara. </p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">Cuando ve cercana mi parada, siento su mirada como preguntando a qué hora me voy a bajar. </p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">Al levantarme del asiento se recorre a mi lugar. De nuevo el maquillaje ahora sí, sin sol que la moleste. </p><p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;"><br></p><p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica;">En esta tribu urbana cada día me sorprendo con nuevos especímenes, nuevas actitudes ridículas e indolentes. Lo normal pareciera ser lo extraño, y cada vez veo más al transporte público como una extensión de la casa. Ya no me sorprendo cuando veo a la gente desayunando, peinándose, maquillándose. Me sorprenderé el día que no lo vea. Ese día comenzará el Apocalipsis.</p>
<p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p><p style="margin: 0px; font-size: 12px; line-height: normal; font-family: Helvetica; min-height: 15px;"><br></p><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-54298156255846097092016-08-29T09:56:00.001-05:002016-08-29T12:08:24.608-05:00En el metro<div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Hoy me he levantado sin ganas, mirando el despertador esperando que faltarán por lo menos dos horas más antes de poner un pie en el piso. </span></div><div><br></div><div>Lo que sospechaba, ese parpadeo me había costado cinco minutos más de lo previsto. Un desayuno rápido y a correr para llegar a tiempo. </div><div><br></div><div>Conozco los caprichos de esta ciudad: el tráfico, la prisa, la impaciencia al asomar la cabeza esperando por el convoy naranja que aparezca por el túnel, los minutos corriendo y el metro totalmente detenido. Aun así esta ciudad y su gente me siguen sorprendiendo y no precisamente de buena manera. </div><div><br></div><div>Hoy las cosas son diferentes, llevo un pasajero en mi vientre y saca de mí la mejor estrategia para protegerlo del río de gente que se agolpa en el andén mientras yo intento abordar el metro. </div><div><br></div><div>Nada resulta, la gente no mira a su alrededor, solo se concentra en una cosa: apretar y apretar hasta conseguir un lugar aunque las puertas no se puedan cerrar, aunque desde adentro griten ¡ya no cabe!</div><div><br></div><div>Decido regresarme una estación y llegar a la base de nueva cuenta pero esta vez sentada, cuidando que mi pequeño pasajero no sea golpeado ni aplastado. Todo sale bien hasta que intento descender. Las mujeres pelean, se empujan, se molestan verbalmente. No hay respeto ni espacio para ejercerlo. </div><div><br></div><div>Las puertas se abren y por mucho que espero para pasar nadie me deja y al contrario, el convoy se cierra y sigue su camino. Pienso, una estación más y me bajo. Ilusa de mí, tuve que planear otra ruta. </div><div><br></div><div>No fue sino hasta la quinta estación que pude descender y en esa, aunque también eran muchísimas personas las que bajaban, la guerra desatada unas estaciones antes no se comparaba ni en lo más mínimo en este lugar. Con un poco más de civilidad la gente salía y entraba procurando no molestar ni molestarse. ¡Qué GRAN diferencia! </div><div><br></div><div>En otro momento no me hubiera importado empujar, gritar, bolsearme a un par con tal de bajarme donde debí hacerlo siempre y cuando fuera necesario, pero para qué hacerlo si con ser civilizado basta, o por lo menos es lo que uno espera. Eso es algo que nadie entiende y que, al contrario, cree que con empujones todo se soluciona.</div><div><br></div><div>Después de dar vuelta y media a la ciudad en el metro, llegué una hora tarde a mi cita. Muy apenada entré al lugar y tomé asiento. </div><div><br></div><div>Mañana repetiré la travesía. Solo espero que una hora más temprano marque la diferencia. </div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-24769384004235090522016-04-26T10:36:00.001-05:002016-04-28T13:40:48.979-05:00Yo también sufrí acoso<div style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Un hombre de unos cuarenta y tantos abordó el camión donde yo viajaba. Se sentó en el asiento paralelo a mí y todo el tiempo me estuvo observando, una niña sola viajando en camión es presa fácil para cualquier persona con malas intenciones. </div><div style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></div><div style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Al llegar a la base, permanecí sentada hasta que se bajó toda la gente. El hombre gordo descendió de la unidad y se paró en la puerta esperando a que yo bajara. En sus labios se dibujaba una sonrisa mientras me miraba paciente. </div><div style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Mi corazón latía rapidísimo, sabía que si me bajaba algo malo me sucedería. Decidí pedirle al chofer que me dejara adelante, antes de que diera la vuelta en el siguiente semáforo. El hombre no esperaba esa acción de mi parte y tampoco reaccionó a tiempo cuando el camión arrancó. Al llegar al semáforo, caminé lo más rápido que pude hasta la siguiente te estación del metro y no volteé atrás hasta llegar a mi destino. Esa</span><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"> fue la primera vez, pero no fue la última. Yo tenía 9 años.</span><div><div><br></div><div>La siguiente ocasión, unos meses después del primer episodio, un joven de unos 17 años aproximadamente, se acercaba sigilosamente a mí. Mi madre ya me había advertido de qué hacer en caso de que alguien me siguiera, pero sus palabras no se compararon con lo que yo sentí. <div><br></div><div>Esa vez mi instinto me salvó al acercarme a una señora y pedirle que me acompañara hasta el lugar al que iba. Sólo estaba a una cuadra de mi destino pero yo sentía que era como recorrer la ciudad entera y tenía miedo de encontrarme aquel chico al dar la vuelta. <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Ese día, cuando mi mamá llegó por mi, lloré tanto y tan fuerte que le supliqué no volver más a la escuela. Allí se terminaron las clases de ballet.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Los años pasaron, volví a confiar en mí y volví a viajar en transporte público de nuevo yo sola. Iba rumbo a la prepa cuando un hombre gordo, sudoroso se apretó tanto a mi cuerpo que sentí su pene. Me quedé fría. Inmediatamente después lo empujé y puse mi mochila al frente, tratando de crear barrera entre nosotros.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">El hombre volvió a acercarse y se volvió a embarrar pero esta vez sobre mi mochila. Cuando el convoy enfrenó lo volví a empujar con todas mis fuerzas y me bajé corriendo. Ya había llegado a mi destino pero hasta que no crucé las puertas de la prepa me sentí de nuevo segura. </span></div><div><br></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Y así, por varios años más, los episodios de acoso se repitieron varias veces. Me manosearon, me nalgueó un tipo que pasó en una bici, me agarraron las piernas cuando bajaba del micro. Mi profesor de matemáticas me acosó para que saliera con él y como no accedí me reprobó. Para mi mala suerte presenté extraordinario y él fue el sinodal... Durante los siguientes dos años y qué casualidad que cuando ya no lo fue, yo aprobé la materia. El chofer de una combi estiraba la mano cuando movía la palanca de velocidades para rozar con sus dedos mis piernas. Y yo, aunque me defendía nunca nadie hizo nada. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">En otra ocasión, cuando terminaba la prepa</font><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">, de regreso a mi casa, el tipo que se sentó a mi lado en el camión se bajó el cierre del pantalón y comenzó a masturbarse. Me dio tanto asco, tanto miedo, que sólo atiné a levantarme del asiento y recorrerme hasta el fondo. Allí, de pie, me fui hasta llegar a mi destino. </span><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Era de noche, ya tarde, no tenía opción o era ese camión o me quedaba en la calle. </span><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Recuerdo perfecto haberle llamado a mi novio para contarle lo sucedido. Muy enojado me decía lo impotente que se sentía de saber que me pasaban esas cosas y él sin poder ayudarme. Ojalá tuviera coche, me decía. Así podría ir por ti y llevarte a tu casa. Me desespera no poder hacer nada.</span></div></div></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Cuando por fin creí que mis días de acoso habían terminado, del otro lado el mundo me demostraron lo contrario. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Estaba en Egipto, en Alejandría, mis acompañantes y yo decidimos meternos a nadar al mar. La tarde caía y el espectáculo era maravilloso. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ya nos habían advertido desde nuestra llegada al país que los egipcios ven a la mujer occidental (tal cual las palabras) como una mujer fácil, que se presta para todo tipo de situaciones sexuales. Nosotros éramos un grupo mixto, así que en cierta forma nos sentíamos seguras de contar con varones que pudieran ahuyentar a cualquiera que pudiera propasarse. Además, decidimos usar ropa discreta. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ese día en particular, mis amigas y yo ni siquiera llevamos traje de baño para no provocar nada ni a nadie. Nos metimos al mar completamente vestidas. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Cerca de nosotras nadaba un grupo de jovencillos entre 13 y 20 años. Le dije a mi compañera que nos alejáramos de ellos, que buscáramos un lugar donde pudiéramos estar tranquilas. Nos alejamos un poco más pero ni así pasamos desapercibidas. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Los jóvenes nos rodearon, como si fuéramos animales extraños. Nos aventaban agua jugando entre ellos pero con el afán de molestarnos hasta que comenzaron a zambullirse. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Nosotras seguíamos atentas sus movimientos. De pronto alguien nalgueó a mi compañera y a mí me agarraron una pierna. Los chicos reían y alentaban a los osados a continuar. Mi amiga gritaba cuando se le acercaban y me pedía que nos saliéramos. Tanto era mi coraje que no me quise salir y esperé a que se repitiera el suceso, una de cal por todas las que iban de arena. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ya tenía identificado a mi agresor y esta vez iba la mía, esta. vez el idioma no sería barrera para dejar en claro que NO, que a mí no me podía tocar, que a mí no me iban a faltar al espero y mucho menos por ser extranjera.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Esperé hasta que sentí sus manos y lo agarré. Le jalé el cabello y lo sumergí unos cuantos segundos. Sentí su lucha, sentí su miedo, sus brazadas para salir huyendo. Al final lo solté, se levantó y tosió un par de veces. Santo remedio. Se alejaron. No nos volvieron a molestar. Nosotras sin embargo, nos salimos del agua y nos retiramos de ahí. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Hoy recuerdo con tanto coraje esos espisodios. Coraje porque nunca fui una persona que vistiera de forma escandalosa de manera que pudiera prestarse a un ataque de ese tipo. Y aunque así lo fuera, no debería suceder nunca. Coraje porque muchas de esas ocasiones el miedo fue más fuerte que todo y no supe qué hacer más que salir corriendo. Tristeza porque ninguna mujer debería pasar lo ello. </span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Me da miedo pensar en que si tengo una hija pase por lo mismo que yo. Porque al final del día no podré mantenerla</font><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"> en una burbuja de cristal para librarla/privarla de su libertad. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">En mi trabajo y en mis redes he leído y sabido de muchísimos casos de acoso. No soy la primera ni la última, pero tampoco creo que nuestra condición femenina permita a los hombres el camino ancho para faltarnos al respeto. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">A mi me encantaría saber de un hombre al que le hayan agarrado las nalgas en el metro o que otro hombre se hubiera embarrado en su espalda y sentirlo demasiado cerca hasta paralizarlo de miedo. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Ojalá algún día alguien lo desvista con la mirada y se sienta tan sucio que no quiera volver a ponerse su suéter favorito sin que esa sensación de horror le recorra la piel. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Para cambiar una manera de pensar hay que empezar desde casa. Mujeres dejen de criar machitos, hombres respeten a la mujer, no por su género sino por su ser. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Dejemos de faltarnos al respeto y denigrarnos con frases sexistas. Tanto vale un hombre como una mujer. Aquí no hay sexo débil, sólo alguien que pide respeto.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-29771702758072323802016-04-18T11:51:00.001-05:002016-04-18T21:00:38.658-05:00Amistad y redes socialesHace tiempo durante una de nuestra pláticas mi madre me dijo "hay que fomentar la amistad" y es cierto, y también creo que en estos días de redes sociales nos sentimos más solos que antes. <div><br></div><div>Últimamente me siento alejada de mis amigos "cercanos". ¿La razón? No los busco por whatsapp ni los busco en Facebook, los llevo presente en mi mente, si algo leo/veo se los comparto. No los busco 24/7 ni siento que mi obligación sea hablarles a diario o saber de ellos a cada segundo. Sin embargo hay quien de cierta forma me ha hecho saber que un saludo a la semana por mi parte no le caería mal. Aunque pensándolo bien, yo debería recibir lo mismo ¿no?</div><div><br></div><div>Yo me pregunto entonces ¿cómo era que me hacía de amigos antes de todas estas cosas digitales? ¿Cómo debo adaptar(me) a las nuevas amistades on line?</div><div><br></div><div>Mis amigas más entrañables son aquellas que conocí de niña, con las que crecí. Recuerdo que no necesitábamos hablarnos a diario porque nos veíamos en la escuela y durante las vacaciones de verano ni nos acordábamos de nuestra existencia. Al regreso a clases volvíamos a las andadas y al chal nuestro de cada día. Cuando cambiamos de grado nos llamábamos por teléfono de vez en cuando, sabíamos que allí estábamos. </div><div><br></div><div>Con ellas llevo una relación de esas en las que sabes que puede pasar mucho tiempo sin saber la una de la otra pero que en el momento en que las necesites allí estarán para ti y viceversa. </div><div><br></div><div>Son de esas relaciones que tienen picos, una temporada estás muy unida a ellas, otra estás ausente. De pronto vuelves a estar muy cerca de ellas y otras más muy alejada, así por muchos años y la amistad permanece, a veces siento que se fortalece. Extrañarse funciona, te hace valorar lo que tienes y lo que recibes.</div><div><br></div><div>En cuanto a las que son por internet he descubierto varias cosas. Algunas son frías; aún si el trato es diario, no significa que sean relaciones "con contenido". Se vuelven superficiales, sin embargo generan cierta adicción, el morbo en su total expresión. </div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Otras, en cambio, se vuelven de cierta forma indispensables, el grado de confianza es mucho mayor, la empatía al otro lado de la pantalla pudiera presentarnos a nuestra alma gemela, a nuestra persona. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Aquí las palabras juegan un punto muy importante, estas pueden interpretarse de tantas formas que cualquier comentario puede herir suceptibidades y romper el lazo afectivo a la menor provocación. Aquí todos pierden. Y una relación, ya sea virtual o física, no se forza. Por mucho empeño que se ponga, cuando algo ya no funciona no queda más que decir adiós.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Entonces ¿cómo hacer para conservar amistades? ¿cómo fomentar la amistad sin tener que estar pegada al teléfono todo el santo día pero tampoco como para que esa persona se sienta abandonada? </span><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">¿se puede llamar amistad a eso?</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Vernos, apapacharnos, tenernos cerca es algo básico en nuestras necesidades afectivas ¿se puede pensar que la disponibilidad en redes sociales sustituye al tacto? Si de por sí ya es muy difícil relacionarse en directo lo es aún más virtualmente.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Yo no creo que una amistad se fomente con estar disponibles 24/7 al contrario, de qué sirve platicar todo el santo día si realmente no hay un interés real por lo que sucede con tu interlocutor y viceversa, vaya al final del día de qué sirve echar chal por horas si ni siquiera te interesas por saber si él/ella está bien. Sin embargo esa misma disponibilidad nos acerca a momentos más personales con quien entablamos esa conversación.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Para algunas situaciones definitivamente acercan las redes sociales, para otras simplemente son un tamiz para conocer a los que nos rodean. Por mi parte creo que debo darme tiempo para fomentar tanto a mis amistades on line y aún más a las físicas. </span></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-4062427864152311002016-03-30T13:59:00.001-06:002016-03-30T13:59:32.868-06:00Ver, oír y callarEs muy difícil sobrevivir en ambientes tóxicos, existe una delgada línea entre lo correcto y engancharte con el medio.<div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Mi lugar de trabajo se caracteriza por ser así, fuente de negatividad, de crítica constante, de envidias, como aquella olla con cangrejos que con las tenazas bajan al que está por librarse de ser cocinado.</span></div><div><br></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Día a día es una lucha constante de medusas de tantas cabezas que entre serpientes y cascabeles se pierde la gente. Vapores fétidos que terminan por infectarte. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Desgastante y envejece sor en todos los sentidos. Este veneno es tan fuerte que es capaz de transformarte, de 8 a 3 pm, en el ser más despreciable e indolente del mundo. ¿Has visto a un burócrata? He allí el vivo ejemplo de un muerto viviente, de una víctima del veneno.</font></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Para sobrevivir en este medio hay que ver, oír y callar. Aunque a veces no involucrarte sea lo más difícil del mundo. </span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ver, oír y callar, el aura protectora, el escudo fuerte contra los males que acechan tu ser.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ver, oír y callar... ¡Sacúdete! ¡Sal corriendo!</font></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-29813024854124026952016-02-19T00:23:00.001-06:002016-02-19T11:13:33.637-06:00VecinosVivir en pareja implica tomar riesgos, conocer las manías y costumbres del otro, emocionarse por darle calor de hogar a ese techo en el cual nos refugiamos, conocer el entorno y también, lidiar con los vecinos. Compartir el espacio de vivienda en esta ciudad no sólo poner aprueba la tolerancia del ser humano, también sirve para ser sociólogos en potencia.<div><br></div><div>Cuando llegamos a este lugar, fuimos testigos de una lucha de poderes. Nos recibió el olor a pintura fresca del tono color chocolate que le estaban dando a los escalones de cemento del edificio, los gritos y quejas de dos vecinas que decían no soportar esas ridiculeces y mucho menos estar conformes con esa arbitraria decisión y que fueron acompañados unos segundos después por los gritos de la que se dice administradora del lugar. Mi casera en ese momento se disculpó con nosotros y nos abrió la puerta de nuestro nuevo hogar. Bienvenidos pues, pásenle a lo barrido.</div><div><br></div><div>Al paso de los días, esos sesenta metros con paredes en blanco nos veían comenzar emocionados a darle forma a nuestro hogar. Poco a poco nos fuimos encontrando en nuestra rutina y conociendo a nuestros vecinos. Buenos días para una mujer de baja estatura que sonríe alegre y que siempre tiene prisa, buenas tardes a mi vecina de a lado cuya cara de pocos amigos combina con aquella actitud nefasta de la discusión del primer día, disculpe con permiso, para aquella mujer de semblante triste que todas las tardes sale a fumarse un par de cigarros sentada en la escalera mientras escudriña su celular.</div><div><br></div><div>Y un buen día, un pequeño golpe a un auto rojo estacionado junto al nuestro nos puso en la mira de la administradora. Su auto fue el afectado. Bendita puntería.</div><div><br></div><div>Después de dejarle una nota y al recibir su llamada, mi amado chocacoches se presentó con esta mujer de voz aguardientosa y que transpira tabaco por todos los poros de su ser para arreglar el incidente. La administradora recibió el dinero pactado sugiriendo que probablemente faltaría dinero pero que no nos preocupáramos ya que ella desde el fondo de su noble corazón (y de su bolsillo) pondrían el faltante. </div><div><br></div><div>Mi compañero ya lo sabía, esa mujer es de aquellas que buscan beneficiarse de todo y a costa de todos. Lo que se ve no se juzga. Y<span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"> no se concretó en cerrar el trato, también quiso interrogar al nuevo vecino sobre nuestra vida familiar y aprovechó para contar los detalles truculentos de todos en el edificio.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Habló sobre nuestro vecino de enfrente, un borracho golpeador, decía. Tiene una familia horrible y todo el tiempo se la pasa haciendo desfiguros, dijo. Dio detalles de alguien más y antes de despedirse pidió el dinero del mantenimiento y prometió entregarnos la llave de la azotea para subir a llenar el tanque de gas cuando fuera necesario. Hace casi un año de eso y todavía cuando la encontramos en el pasillo dice que ya casi la tiene. Seguro es de importación o de manufactura artesanal porque cada vez que subo, la reja está abierta y ella sólo se asoma por su ventana para ver quién anda allí.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Lo cierto es que en el transcurso de estos meses hemos descubierto que el vecino borracho sólo se ha puesto impertinente dos veces pero que tiene una voz que se escucha a tres kilómetros a la redonda, habla bajito pues. Su mujer no es horrible, solo se expresa como carretonera y cuando se enoja ni su marido dice pío, fina ella. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Aprendimos que mi vecina de a lado tiene un esposo villamelón al que le encantan el fútbol americano y que entona con fervor el himno nacional cuando enciende el televisor y se está transmitiendo algún deporte, que le gusta la música de los ochentas y que cuando ella no está, saca al artista que lleva dentro poniendo el karaoke a todo volúmen.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Descubrimos que los gritos que se escuchan a media noche no eran otros sino los maullidos de una gata en celo que tiene amoríos con otro gato pardo dos edificios abajo, y que definitivamente mi vecino de arriba sí tiene una vida sexual muy activa lo cual resulta muy bizarro ya que en el departamento contiguo viven cuatro chicos mormones que no imagino qué cara pondrán cuando comienzan las olimpiadas del amor. Santo, santo, santo. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Yo no sé qué opinión tendrán nuestros vecinos de nosotros. Yo no tengo queja alguna, porque a pesar de ser todos tan distintos, nadie se ha metido con nadie, y de situaciones embarazosas no hemos pasado. ¡Vaya que somos una fauna muy variada!</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Agradezco que las veces que hemos necesitado ayuda una mano solidaria siempre ha aparecido, y que hoy estos meses de convivencia en condominio me dan para escribir. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Definitivamente ha sido una buena aventura, y espero que siga así mientras este pequeño lugar siga llamándose nuestro hogar.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-20545667871858782822015-10-21T22:20:00.001-05:002015-10-22T21:48:39.467-05:00EmpatíaHace unos cuantos días mi mamá me dio una lección de humildad, de compasión y me mostró cuán grande es su corazón.<div><br></div><div>Una mujer muy humilde abordó el vagón del metro en que nosotras viajábamos y se paró junto a nosotras. Como siempre, como a todos, por un momento me pareció invisible y seguí conversando con mi mamá. El ruido del túnel hace difícil las pláticas así que traté de pegarme a mi madre en lo que llegábamos a la siguiente estación. </div><div><br></div><div>En ese momento todo a mi alrededor volvió a aparecer, incluso aquella mujer pequeña cuyos ojos bañados en lágrimas luchaban por contener su sentimiento. </div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Al mirarla no supe cómo reaccionar, incluso puedo decir que me sentí incómoda al presenciar su dolor. Mi corazón se estrujó. El convoy avanzo de nuevo, aparté mis ojos por un momento de ella y continúe con la charla. </span></div><div><br></div><div>En un instante sentí sollozar más fuerte a la mujer, como queriendo ahogar su dolor mientras el ruido del túnel se lo permitiera. De nuevo esa punzada en el estómago, sin saber qué hacer por ella, sin saber si era correcto preguntarle por su sufrir, qué tal que se sentía ofendida, o tal vez me contaba, la moneda estaba en el aire.</div><div><br></div><div>Toda es marea de pensamientos revoloteaban en mi cabeza cuando, al levantar mis ojos hacia ella, vi la mano de mi mamá sobre su brazo. </div><div><br></div><div>Un simple apapacho hizo que el corazón de esa mujer sintiera el calor humano. Esa mano liberó el llanto que por ratos venía luchando con ella. Ese contacto silencioso le decía que todo estaría bien, que no estaba sola. </div><div><br></div><div>Llegamos al final del recorrido. Mi mamá se puso en pie, tomó del brazo a la mujer y descendimos del convoy. Ya en el andén, la abrazó fuerte y le dijo: Dios está contigo, todo va a estar bien. La mujer se refugió en su pecho y lloró con más fuerza. </div><div><br></div><div>Ya un poco más calmada nos contó su historia, su hijo está en la cárcel encarando un juicio del que sólo ha salido dinero de sus bolsillos, pruebas falsas y acusaciones ficticias. Ella jura que es inocente. </div><div><br></div><div>La falta de recursos económicos, un abogado que la estafó, una nueva abogada que revisa el caso y que le dice que ya no hay nada por hacer es lo que la tiene tan triste, tan desesperada. Sus palabras cargan tanta desolación que me hacen un nudo en la garganta. </div><div><br></div><div>Y allí está ella, mi madre, abrazándola y tratando de hacerla sentir mejor, repitiéndole que por muy gris que sea el panorama siempre hay esperanza.</div><div><br></div><div>La tomamos de la mano y la reconfortamos unos minutos más. La mujer se calma y trata de buscarle sentido a su paso. Camina hacia la salida y nos agradece las palabras, el tiempo que nos tomamos para escucharla y nuestro buen corazón. <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Nosotras hacemos lo propio. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ese día me sentí muy orgullosa de mi madre, por tener esa empatía con aquella mujer. Porque su nobleza es grande.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Mientras en el vagón todos iban ocupados con su celular, mirando hacia cualquier parte, la indiferencia que mostramos hacia nuestros semejantes cada día es más dura, se respira. Ella no, ella fue ese ángel en la vida de esa mujer.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Y no es que me vanaglorie por lo sucedido, al contrario, p</font><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">ara mi fue una lección grande. Mi madre restaura mi fe en la humanidad demostrando con una simple palmada en un brazo que todo estará bien, que hay alguien allí que entiende mi pesar, que todos necesitamos de todos y que, por favor, ya deje mi celular.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><i>There's (more) life out there!</i></span></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-22105095563639513592015-10-15T11:59:00.001-05:002015-10-21T09:18:31.972-05:00TortugasDe unos años para acá, los medios se han llenado de notas y publicaciones referentes a la conservación del medio ambiente y la protección de la fauna. La adopción de perros y gatos, los movimientos de Greenpeace y los derechos de los animales son temas recurrentes en nuestro día a día.<div><br></div><div>Hace unas semanas tuve la oportunidad de viajar a Campeche por primera vez. Como parte de este viaje se incluía la liberación de tortugas. Tanto he leído sobre estos grupos que se dedican a protegerlas y el arduo trabajo que representa la lucha por conservarlas que me parecía maravilloso ser parte de un momento tan especial. </div><div><br></div><div>La tarde iba cayendo. Ya en la playa nos reunimos con las personas encargadas de llevar a cabo la dinámica. Nos hablaron de su trabajo, de sus fuerzas y debilidades y nos presentaron a las pequeñas que serían liberadas.</div><div><br></div><div>Poco más de doscientas tortugas de unos días de nacidas se agolpaban en las cubetas que se usaban como contenedores para transportarlas. Pequeñas, de caparazón suave y llenas de vida trataban de escapar. Sus aletas las movían con la fuerza que sus cuerpos les permitía. </div><div><br></div><div>Éramos un grupo pequeño, poco más de 20 personas entre niños y adultos. ¡No tomen fotos con flash!, nos advirtieron. La luz las ciega y las atonta de tal manera que pierden el sentido de orientación y no logran llegar al mar. Tampoco las ayuden, sólo colóquenlas en la arena y ellas harán el resto, nos indicaban. </div><div><br></div><div>Hasta aquí todo parecía fácil y maravilloso. Al recibir a mi tortuga el corazón se me partió. <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">La pequeña luchaba con todas sus fuerzas por salirse de mis manos. Huelen el mar por eso luchan, es parte de su naturaleza, me explicaban. </span></div><div><br></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">La tomé del caparazón pues la simple sensación de sus aletas sobre mis manos me ponía nerviosa, era como tener a un bebé recién nacido y no saber cómo cargarlo. </font></div><div><br></div><div>La miré, su cuerpo se movía rapidísimo sin saber qué era lo que le sucedía, sin entender por qué estando tan cerca del mar no podía llegar a él. Me sentí tan mal, tan ajena a ese momento, como si yo misma en lugar de ayudar a su "conservación" fuera una barrera en el ciclo de la vida. </div><div><br></div><div>Coloqué a la tortuga sobre la arena y con los últimos rayos del sol la despedí. </div><div><br></div><div>Miré a mi alrededor y los allí reunidos estaban felices, maravillados de ver cómo las tortugas bebés corrían al mar. Junto a mi algunas rezagadas parecían inertes. ¡No se mueven, éstas tortugas están muertas!, alguien gritó. Rápidamente uno de los ambientalistas corrió hacia nosotros y las revisó. En efecto, ellas habían sido las últimas tortugas de la cubeta en donde las transportaron; no sobrevivieron. </div><div><br></div><div>Después de verlas nadando <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">mar adentro, me pregunté qué tanto bien le hacemos a nuestro ecosistema con acciones como ésta. Al final del día nosotros también somos depredadores. Y aunque no demerito el esfuerzo de la gente que se dedica al cuidado de la tortuga carey, el hecho de interrumpir de esa forma la llegada de la tortuga al mar me parece irónico. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Por un lado se busca aumentar la población de la especie, sin embargo dadas las limitantes económicas con que cuentan estos grupos ambientalistas, las oportunidades de sobrevivir son "limitadas". Probablemente la tasa de supervivencia sea mucho más alta que si se dejara seguir el curso normal de desove y nacimiento de la tortuga carey, aún así me preguntó hasta dónde nos es permitido formar parte de ello.</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Para mi no fue una buena experiencia muy a mi pesar no disfruté el momento. La sensación de sentirme invasora, incluso con un poder tan grande como para interrumpir a la vida pudo más que la emoción colectiva. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Y no quiero sonar extremista. Creo en el equilibrio, celebro las ganas de la gente para fomentar conciencia entre la población en pro de nuestro planeta. Sin embargo me quedo con una frase de la película <i>Life of Mitty </i>que engloba mi sentir: algunas cosas en la vida son tan hermosas que vale la pena (simplemente) mirarlas.</font></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-46065389781732120502015-01-28T16:44:00.001-06:002015-01-28T16:44:52.072-06:00La casa de mis abuelosSuena el timbre y la puerta blanca cede al pestillo. Ella asoma su cabeza. ¡Hola mi amor! me dice efusiva mientras me abraza y me invita a entrar. <div><br></div><div>Tras de mí sus cansados pasos. Ella vestida con delantal y sus manos escondidas en las bolsas delanteras donde guarda sus dulces, su monedero, sus llaves. Todo su mundo podría resumirse al contenido de esas bolsas. Como cualquier mujer siempre prevenida para salir. </div><div><br></div><div>Doy la vuelta a la entrada y en el sillón está él, con la casa en silencio como escenografía; de piernas cruzadas y tan apacible como siempre me saluda y estira su cabeza para que le bese la mejilla. Un beso entre dulce y salado, lo que me hace pensar que ya dio su paseo diario o que estuvo trabajando en el jardín de la casa.</div><div><br></div><div>¿Ya comiste? Me pregunta ella. Ven, vamos a comer, te caliento. Y mientras dirige sus pasos a la cocina, él me pregunta de mi día y cómo me ha ido. Un par de palabras más y se escucha la voz de ella llamándome a la mesa. Ve, me dice él, ya después seguimos platicando.</div><div><br></div><div>Los aromas de la cocina delatan el menú del día. Pregunto si ellos ya han comido y ella me dice que sí. Me acompaña todo el tiempo, me platica mil cosas y siempre tan alegre, tan gustosa de que yo esté allí.</div><div><br></div><div>Él a lo lejos escucha nuestra plática. Siempre distante más no ausente. </div><div><br></div><div>Cuando volvemos a la sala, él vuelve a platicar conmigo, ella enciende la tele y entre los tres pasamos la tarde hablando de todo. </div><div><br></div><div>La noche cae y casi es hora de irme. Ella me pregunta ¿m'hijita, te vas a quedar? No te corro pero ya es tarde. Creo que nunca me dejarán de cuidar. El reloj aun no marca las ocho y ella siente que el peligro de la calle atenta contra mi seguridad. </div><div><br></div><div>Me despido de ellos con un abrazo y un beso. ¡Luego vengo! le grito mientras alzo mi mano para despedirme mientras ella me contesta ¡me llamas cuando llegues!</div><div><br></div><div>Hoy que ya no están, esta misma sensación me sigue llenando cada vez que entro a su casa. </div><div><br></div><div>Este lugar no está frío y su presencia se sigue sintiendo en cada rincón. Ellos siguen viviendo aquí. </div><div><br></div><div>Su casa es mi refugio, mi recuerdo de infancia y de saber que tuve a los mejores abuelos del mundo. </div><div><br></div><div>Creo que todos los nietos pensamos eso de nuestros abuelos. Sin duda los míos no fueron la excepción. </div><div><br></div><div>Los extraño tanto.</div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-51944697504232335242014-12-04T15:06:00.001-06:002016-04-01T18:03:27.713-06:00CabecitaMe gustaba cuando te reías, tan espontánea y tan llena de vida. <div><br></div><div>Tus historias de vida me hacían sentir muy similar a ti en muchos aspectos. A las dos nos gusta disfrutar, reír, soñar y cuando me hablabas de lo mucho que te querían en tu trabajo y lo fácil que te era hacer amigos, allí encontraba mi parte genética. </div><div><br></div><div>Me cuidaste desde niña, me regañaste mucho, sobre todo cuando rompíamos tus plantas. Pero también me consentías, me encantaba cuando llegaba a tu casa y me recibías con un "hola mi amor" o con tu sonrisa grande y tus ojitos pispiretos. </div><div><br></div><div>Te gustaba viajar y que los tuyos disfrutáramos de tus lugares favoritos y aunque tu mirada se cargaba de nostalgia por los que no tenías cerca, le dabas vuelta a la página y se te llenaba la mirada de luz. </div><div><br></div><div>No sé cómo agradecerte tanto cariño, tanto amor, creo que siempre sentiré que me faltó decirte más veces cuánto te quiero y cuánta falta me haces. Como tu sopa de fideo ninguna. Ni la mía y mira que algunas veces me la chuleaste. </div><div><br></div><div>Tus recetas se fueron contigo. Sin embargo me acuerdo de algunas aunque tu sazón ninguna de tus hijas siquiera lo imita. </div><div><br></div><div>Abue, el día que te fuiste no supe como despedirme de ti. No quería que te fueras escuchando mi voz quebrarse por tu partida. Sin embargo tu lo hiciste con una caricia, unos días antes. Aquel día cuando me tocaste con tu manita y me la palmeaste como dándome las gracias por estar allí. Allí te despediste. </div><div><br></div><div>Abue hermosa. Te pienso fuerte hasta que nos volvamos a ver. Por lo pronto sólo diré ¡y órale,órale, órale! como cuando sentías que te ganaba la nostalgia, tratando de esconderla y cambiándola por una sonrisa. </div><div><br></div><div>Te quiero cabecita. Hasta entonces.</div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-8022232879763568782014-11-10T23:16:00.001-06:002014-11-10T23:16:10.203-06:00Letra y tinta.He querido decirte tantas cosas...<div><br></div><div>Desde hace tiempo busco la manera de acercarme, de buscar en mi interior la primera palabra, aquella que rompa el hielo y me permita empezar a decir lo que guardo, lo que callo, lo que unany otra vez pienso.</div><div><br></div><div>Pero no encuentro el sentido. Mis ideas parecen huir de nueva cuenta cuando estoy frente a ti. Me da miedo reencontrarte, creo que es miedo de perderte para siempre. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo se marchitó este abrazo que nos fundía? </div><div><br></div><div>Hoy vuelvo a escribirte estas líneas, trato, me forzo a no perder este vínculo entre tu y yo. Tal vez era necesaria la distancia, tal vez no. Aquí estoy de nuevo buscando inspiración. </div><div><br></div><div>Volvamos a enamorarnos, dejemos que cada acento y cada letra renueve la pasión. Yo contigo, tu hablando por mi. </div><div><br></div><div>Aquí vamos de nuevo. A escribir otra vez.</div><div><br></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-67774991596564463752014-06-13T13:52:00.001-05:002014-10-14T10:33:34.059-05:00Godínez vs obesidadEn un intento por "meter en cintura" a la población trabajadora del lugar donde laboro, se llevó a cabo un programa al que yo denominé "Godínez vs Obesidad".<div><br></div><div>Siendo un hospital es común que por este lugar pasen muchas personas para realizar prácticas. Médicos, enfermeras, cocineras, y desde hace unos cuantos meses, licenciados en Nutrición. </div><div><br></div><div>Es aquí donde comienza la historia. Es la primera vez que dos estudiantes de Nutrición se presentaban en el hospital. La idea parecía perfecta, no sólo las pacientes recibirían alimentación y guía adecuadas sino también los trabajadores podríamos beneficiarnos de ello. </div><div><br></div><div>En un primer intento se convocó, de manera voluntaria, a todo aquel que quisiera cambiar su estilo de vida. No hubo eco. Entonces la técnica cambió. Ahora era voluntariamente "a fuerza".</div><div><br></div><div>De casi 100 personas en mi turno, la convocatoria "obligada" sólo logró reunir a poco más de 40. Los pretextos iban desde no tengo tiempo, tengo mucho trabajo (ajá), ya voy de salida, yo me siento bien como estoy aunque tenga sobrepeso, y el clásico que no me vean para que no me manden. </div><div><br></div><div>Quienes acudieron a la cita, recibieron consulta y una guía de alimentación así como indicaciones precisas a realizar actividad física por lo menos 30 minutos al día y lo más importante, hacer el esfuerzo por llevar la dieta al pie de la letra. </div><div><br></div><div>Los primeros días observaba a mi jefa y compañeros muy entusiasmados. La señora que vende garnachas frente al hospital incluso me preguntó si era verdad que todos ya estaban comiendo saludable (pueblo chico, estimado lector) porque sus ventas habían bajado y ahora sólo le pedían quesadillas "sin grasa y de flor de calabaza".</div><div><br></div><div>Después de 15 días, la balanza esperaba y muchos recibieron estrella por su esfuerzo. Otros incluso encontraron tiempo para hacer ejercicio antes de comenzar a trabajar y los más, decidieron celebrar comiéndose una gordita con chicharrón o con una generosa rebanada de pastel. </div><div><br></div><div>Por una u otra razón, el esfuerzo titánico de llevar una vida saludable sólo duró 15 días. Creo que hay muchos factores que llevaron al naufragio de esta iniciativa, una de ellas fue la poca convicción de parte de los participantes, una más la gran tentación que resulta de los aromas garnacheros que rodean nuestro lugar de trabajo y así puedo seguir enumerando ¿motivos, razones, pretextos? Llámele como quiera. </div><div><br></div><div>Han pasado varios meses de esto. Hoy sólo he visto a tres personas seguir con el cambio de dieta y ejercicio. ¿Valdrá la pena volver a intentarlo? Creo que sí. Por lo menos de este lado, sigo luchando con los antojos. </div><div><br></div><div>Por cierto, ya compré mis tenis para salir a correr. ¿Por algo se empieza, no?</div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-37465578608611709822014-06-13T08:28:00.001-05:002014-06-13T08:28:25.995-05:00¡Parir estuvo en chino!En el lugar donde trabajo me ha tocado ser testigo del nacimiento de varios bebés cuyos padres viven en este país como refugiados, haitianos en su mayoría. <div><br></div><div>Antier nació un pequeño de ojos rasgados y piel todavía rosada por el esfuerzo que implica venir al mundo. <div><br></div><div>Sus padres llegaron a este país hace ya cinco años. Su padre apenas logra comunicarse en español y su madre apenas articula un "gracias y adiós".</div><div><br></div><div>Ellos se acercaron al hospital hace un mes para recibir atención prenatal por la llegada de su primogénito. ¿Cómo se comunicaron con los médicos? Paciencia es la respuesta. </div><div><br></div><div>Hay ocasiones en las que he ayudado a los doctores haciendo de intérprete, sin embargo, en esta ocasión durante la consulta sí se dieron a medio entender.</div><div><br></div><div>El día del feliz nacimiento llegó y si acaso resultó interesante elaborar una historia clínica, imagine usted a la hora del parto. ¿Cómo le dices que puje o que diga en escala del uno al diez en qué nivel se encuentra su dolor? La pobre mujer sólo cerraba sus ojos y se concentraba en controlar cada contracción. </div><div><br></div><div>Ayer por fin se fueron a casa. Cuando llegaron conmigo lo único que se me ocurrió para comunicarme con ellos fue usar la aplicación del traductor en el celular pues cuenta con audio. Ok, hasta aquí es buena idea, o lo fue hasta ver que había dos tipos diferentes de chino en el listado de idiomas. </div><div><br></div><div>Pues por lo menos el chino tradicional deberá funcionar, pensé. Lo de menos es que la muchacha o el papá me diga no entiendo. </div><div><br></div><div>Escribí algo sencillo: Su bebé es muy bonito, felicidades. Ella escuchó atentamente y con una amplia sonrisa dijo ¡gracias!</div><div><br></div><div>¡Bingo! De aquí soy, pensé. Lo siguiente fue escribir las indicaciones pertinentes para que puedan registrar a su pequeño como mexicano, las vacunas, las revisiones, etc. y listo. Con un chino supongo mal traducido en el celular y con una nula idea de cómo expresarme en lenguaje de señas chinas, los nuevos papás y yo salimos adelante. </div><div><br></div><div>Él me estrechó fuerte su mano y con una sonrisa me dio las gracias. Ella abrazaba a su pequeño y asintió con su cabeza. </div><div><br></div><div>No creo volver a verles, sin embargo esa sensación de victoria ante una barrera de lenguaje me deja contenta. Ojalá que en su camino encuentren o un amigo que hablé chino y español, o que aprendan ya nuestro idioma o ya de menos, que el Google translator los saque del apuro.</div></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-52240658380415085492014-05-05T22:43:00.001-05:002014-05-05T22:43:17.845-05:00JudáCada vez me maravillo más de lo que mi corazón puede llegar a sentir. Esa magia al contemplar tus ojos cerrados, lo tranquilo que te vez al dormir, tu pausado respirar. <div><br></div><div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Tu fragilidad me asusta y al mismo tiempo me produce una sensación de protección tan grande. Eres aún tan pequeño y ya te quiero tanto. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Ayer fue tu presentación. El buen Dios ha inscrito tu nombre en el libro de la vida. Tus papás y toda la gente que te queremos estuvimos acompañándolos, dando gracias por ti, por tu bienestar, por hacernos tan feliz. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">¿Sabes? Cuando tu mami supo de ti, me pidió un favor muy especial, quería que le escribiera una canción para ti pero no pude. Tienes nueve meses para hacerla, me dijo. No fue falta de tiempo ni de interés, simplemente no me alcanza la métrica cuando miro tus ojos y toco tus pequeñas manos.</font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Pequeño Judá, tendré la bendición de verte crecer, llenando de luz los días de tus papás. </font></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Con ellos comparto ahora mucho más que una amistad. Ese amor tan grande que te tienen salpica mis días de felicidad.</span></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">No tengo una canción para ti pero eso no impide que desde ya tengas en mi corazón un lugar muy especial. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif">Bienvenido a la familia pequeño tesoro. </font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><font face="Helvetica Neue Light, HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif"><br></font></div><div><br></div></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-66557922005095185902013-08-25T10:42:00.001-05:002013-10-08T07:56:25.318-05:00Maratón Ciudad de MéxicoRecuerdo que siendo muy niña mi padre sacaba su cámara, montaba mi triciclo en su auto y nos dirigíamos al centro de la ciudad. No era un domingo cualquiera, era el domingo del maratón. <div><br></div><div>Las piernas de los corredores se cuelan en mi memoria, los vítores de la gente y yo con cara de <i>What</i>. No tenía idea de la importancia del evento, sólo veía mucha gente pasar. Eso sí, mi padre y su afición a la fotografía se encargaron de conservar ese recuerdo tanto en mi memoria como en el álbum familiar. </div><div><br></div><div>Las fotos que hay en casa muestran el poderío de los kenianos, a mujeres haciendo un esfuerzo impresionante y a esta escritora, sentada en la caja trasera de su triciclo, acomodándose para disfrutar el espectáculo. </div><div><br></div><div>Esa es la única vez que recuerdo haber disfrutado del maratón en vivo, hasta este año. </div><div><br></div><div>Como parte de un ejercicio en redes sociales, debí elaborar un video en el cual mostrará algo referente a mi ciudad, a lo que acontece en mi traslado al lugar donde voy a aprender. Gracias a esto me topé con los maratonistas.</div><div><br></div><div>El encuentro fue muy diferente a mis recuerdos. De entrada me tocó un gran contingente, gente que lucía realmente cansada, otros frescos cual lechuga, unos más saliendo de la ruta en espera de lograr su objetivo el siguiente año.</div><div><br></div><div>Pero el momento más difícil fue recordar a aquel joven que murió el año pasado al terminar el maratón y a quien yo conocí. </div><div><br></div><div>Recuerdo su cara y sus ganas de correr, y lo feliz que se sentía cuando lo hacía. El corazón se me estrujó sólo de pensar que él pudiera estar de nuevo sobre el asfalto disfrutando de su ciudad. </div><div><br></div><div>Mi piel se erizó y se contagió de la emoción de la gente que iba a apoyar a sus familiares, por ahí a lo lejos una mano se levantaba saludando a un esposo y otra le contestaba al grito de ¡comadre! Un encuentro casual que le permitió a una mujer apoyar a más de uno y seguir entusiasta con las porras. </div><div><br></div><div>El tiempo que pasé mirando a los deportistas fue muy corto, sin embargo me contagió lo suficiente como para poner en mi <i>bucket list</i> un apartado para una carrera. No por salud, no por deporte sino por reto personal.</div><div><br></div><div>Claro, estoy consiente que para ello habrá que hacer cambios importantes en mi persona, empezando por la alimentación y conseguir un coach. Ya de ahí iré agarrando el paso hasta conseguir mi objetivo. </div><div><br></div><div>He disfrutado ese instante. Y lo mejor, el video no me ha quedado tan mal. Cumplí con mi encomienda y desperté a la corredora que hay en mí.</div><div><br></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-80370713675510303772013-08-23T19:51:00.000-05:002013-08-23T19:51:57.840-05:00Promoción Turística en Redes Sociales, Casos de Éxito.<span style="font-family: Helvetica Neue, HelveticaNeue, Helvetica, Trebuchet, Trebuchet MS, Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 18px;">Este el el primer E-book que publicamos Mónica Soto y una servidora como parte de nuestra experiencia y colaboración dentro del Social Media Club México Turismo. </span></span><br />
<span style="font-family: Helvetica Neue, HelveticaNeue, Helvetica, Trebuchet, Trebuchet MS, Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 18px;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Helvetica Neue, HelveticaNeue, Helvetica, Trebuchet, Trebuchet MS, Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 18px;">¡Que lo disfruten!</span></span><br />
<span style="background-color: white; font-family: 'Helvetica Neue', HelveticaNeue, Helvetica, Trebuchet, 'Trebuchet MS', Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; font-family: 'Helvetica Neue', HelveticaNeue, Helvetica, Trebuchet, 'Trebuchet MS', Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;"><br /></span>
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<div class="issuuembed" data-configid="0/4393629" style="height: 525px; width: 525px;">
</div>
<script async="true" src="//e.issuu.com/embed.js" type="text/javascript"></script><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-54837002812836348342013-05-21T12:51:00.001-05:002013-05-21T13:22:53.287-05:00Día Internacional de los MuseosEste sábado 18 de mayo, en la Ciudad de México, se llevó a cabo la celebración del Día Internacional de los Museos donde todos los recintos de nuestra gran Tenochitlán participaron con diferentes eventos, talleres y conferencias, así como la ampliación de sus horarios de visita para que nadie se quedara sin participar.<div><br></div><div>Desde muy temprano muchas familias se dieron cita en sus lugares preferidos. Hubo incluso una especie de circuito en los que se optaba por visitar tres museos del norte, sur y poniente de la ciudad gracias a los autobuses destinados para dicho recorrido. Pretextos no había, los museos estaban repletos de participantes. </div><div><br></div><div>Mi compañero y yo optamos por el Museo del Chocolate. Deseábamos participar del taller que se ofrecería por la tarde así como de un recorrido sensorial al finalizar el día. Ese museo no lo conocíamos y decidimos emprender la aventura. </div><div><br></div><div>Al llegar nos topamos con la noticia de que los talleres se habían saturado desde un día antes. Claro, para mí fue un pequeño inconveniente pero me alegré de saber cuánta expectación había causado el día de los museos. </div><div><br></div><div>El recorrido por esa pequeña casona ubicada a una cuadra del Museo de Cera, no fue muy largo, sin embargo, el aroma del cacao se entretejía con los colores del arte y el gusto de los chocolateros que acudimos al lugar. </div><div><br></div><div>Al término de la visita, y con una nube sobre nuestras cabezas que amenazaba con hacer fallido cualquier paso siguiente, decidimos regresar a casa. En el trayecto pasamos por el Museo de Antropología y sin pensarlo dos veces decidimos entrar. </div><div><br></div><div>El horario para dicho museo se amplió hasta las 10 pm. y gracias a ello pudimos ser testigos de un espectáculo maravilloso. Descubrir el museo de noche es mágico. No por nada es mi favorito. </div><div><br></div><div>Al llegar fuimos notificados que la última visita guiada estaba comenzando. Rápidamente mi compañero y yo nos unimos al grupo que escuchaba atentamente a la guía desde la puerta de la sala Mexica. </div><div><br></div><div>Éramos poco más de 30 personas. Entre unos cuantos extranjeros, niños y ancianos, nuestra guía nos transportó a la época prehispánica con tal detalle y pasión que me parecía ver en la maqueta del museo a los que fueron en ese tiempo, caminando sobre ella, mercando en Tlatelolco y esculpiendo la piedra del sol. </div><div><br></div><div>Pocas son las veces en que he podido disfrutar tanto de una visita guiada. No hubo efectos de sonido ni show de luces o pirotecnia, sólo las palabras de una mujer que nos hacía volar con su narración. </div><div><br></div><div>Nuestro grupo se comportó. Grandes y chicos levantaban la mano en busca de más conocimiento, esperábamos ávidos más anécdotas, detalles que nos fascinaban y nos henchían el pecho de orgullo mexicano. </div><div><br></div><div>En la sala Maya conocimos de la vida de Pakal y visitamos su tumba; allí terminó nuestra visita. </div><div><br></div><div>Los aplausos no se hicieron esperar. La velada fue realmente encantadora. Varias personas del grupo se acercaron a nuestra guía felicitándola y preguntándole por su horario de trabajo. Quisiera traer a mis sobrinos contigo, decía una de ellas mientras buscaba una pluma y un papel dónde anotar sus datos. </div><div><br></div><div>La magia del Museo de Antropología sumada al Día de los Museos, dieron oportunidad a muchos, como mi acompañante y yo, de disfrutar esta gran ciudad y sus recintos. Nos permitieron participar de la cultura y de sentirnos un poquito más orgullosos de nuestra ciudad, descubriendo pasado y presente de nuestras raíces. Sobra decir que espero ansiosa disfrutar de otra noche de museos.</div><div><br></div><div><br><div><br></div></div><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-3294922129220084272013-04-23T13:33:00.001-05:002013-04-23T14:07:39.253-05:00Viajo LeyendoHe tenido la gran oportunidad de salir de mi país, conocer otras culturas y mezclarme entre sus tradiciones. De ello guardo tantos recuerdos que podrían ser parte de mi primer anecdotario; que otros viajen a través de mis letras.<br />
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Es poco más de una década la que me remonta a mi primer salida. Un viaje trascendental no por ser la primera experiencia sino por ser totalmente contrastante con mi mundo, con mi entorno social.<br />
<br />
Los sonidos, olores y sabores particulares de ese viaje se hacen presentes con el simple hecho de rememorarlos. Y hace poco los volví a vivir de una forma tan nítida como no pensé hacerlo de nuevo a menos que regresara a ese lugar. <br />
<br />
A mis manos llegó un libro de Isabel Allende titulado Memorias del Águila y el Jaguar. Una pequeña novela para niños donde se narran las aventuras de dos jóvenes exploradores que visitan la Amazonía, el Tíbet y África. <br />
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En estas historias volví a sentir la emoción de aquel viaje, a pesar que ninguno de esos lugares fueron el destino de mi travesía. Me contagie del descubrimiento y de la facilidad con que estos exploradores se acoplan a la gente y sus costumbres. <br />
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No es un gran libro, y yo siento que tengo una imaginación muy volátil. Sin embargo me fascina esa sensación de desconectarme de mi realidad para transportarme hasta la historia que leo. <br />
<br />
Cada lectura es un nuevo descubrimiento y mis propias experiencias de viaje se suman a las de la historia en turno. Sobre todo de aquellas que nombran los sitios que he visitado, vuelvo a ser turista entre las letras.<br />
<br />
Hoy se conmemora el Día Mundial del Libro y ello ha sido un pretexto para recordar que viajar leyendo es sólo el principio de una nueva aventura.<br />
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<div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-73158578391403763302013-04-13T22:42:00.001-05:002013-04-15T15:56:25.015-05:00La ÓperaEn esta gran ciudad llena de recovecos hay un lugar que conserva una historia en particular: la cantina La Ópera. <br />
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Son varios ayeres los que marcan el inicio de este lugar. Allí, la historia de México cobra vida bajo la leyenda de que Pancho Villa disparó su pistola y el lugar donde quedó impactada la bala se encuentra hoy marcado por un círculo negro en el techo. <br />
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Pero además del famoso agujero, la cantina del centro de la ciudad te transporta a otro tiempo y espacio. El acompañante bien lo dijo, dejas el bullicio de la ciudad al cruzar el dintel de la puerta. <br />
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En esta ciudad las cantinas son famosas por su comida, bebida y el ambiente propicio para la camaradería y La Ópera no se queda atrás. <br />
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La comida es muy rica, la cerveza "azabache" es muy popular en el lugar. Y bueno, si de echar trago se trata, la barra es el lugar perfecto para disfrutarlo mientras la madera gruesa guarda en sus adentros una plática más en su memoria. Si esa barra hablara, estoy segura que un tomo de historias no sería suficiente para contar los hechos del lugar. <br />
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La Ópera es uno de esos lugares en el corazón de la ciudad que son parada obligatoria cuando de turismo se trata. Incluso forma parte del recorrido de cantinas que se ofrece para propios y visitantes. <br />
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El centro histórico y está cantina en particular forman parte de un pedacito de historia viva que día a día se reinventa y se conjuga con el murmullo de la ciudad. <br />
<br /><div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-58352961960748608092012-09-26T13:28:00.001-05:002012-09-30T13:58:01.188-05:00El tibet y yoHace un par de semanas tuve la oportunidad de asistir al 2do encuentro Maya Tibetano que tuvo lugar en Hacienda Tres Ríos. Fue una experiencia maravillosa. Acercarme al budismo y encontrar mi alma maya fue realmente impactante.<br />
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Todo comenzó con una ceremonia en la playa donde se recibió al grupo de monjes tibetanos, quienes viajaban a bordo de una canoa, siendo recogidos por representantes de una pequeña comunidad maya yucateca.<br />
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Allí, la bendición del abuelo y una ofrenda fueron el regalo que los monjes recibieron al pisar la arena.<br />
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Después hubo una ceremonia donde se daba paso a la formación del mandala, que es un tapete hecho de arena de mármol entintada, estuvo dedicado a la paz y la armonía.<br />
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Los monjes se posaron sobre una mesa y allí con compás en mano, reglas y lazos calados comenzaron a trazar las figuras geométricas que servirían de base, para después ser rellenadas con las coloridas arenas. <br />
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No es un trabajo fácil, cada cuadro debe ser llenado con arena de un color particular pero también debe tener cierto relieve el cual se obtiene al hacer "montañitas" de la misma. Mucho cálculo y mucha precisión, paciencia y sobretodo desapego, ya que los monjes trabajaban en el mandala durante varias horas de pie y realmente concentrados en su labor.<br />
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Por supuesto hubo conferencias, actividades extras tanto de origen maya como de origen tibetano. Entre ellas hubo un temazcal dirigido por una chamana maya, una puja (que es una serie de oraciones poderosas para pedir o dedicarlas a un fin particular), una presentación de danzas de las dos culturas, entre otras.<br />
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Y si acaso se pregunta, como me lo dijo un amigo, en qué diablos se parecen estas dos culturas, empecemos con la reencarnación. Finalmente no se trata de elaborar una tabla de comparativos ideológicos/teológicos sino de aprender de cada una de ellas y encontrar al final del himno blanco el camino mejor trazado para nuestra vida.<br />
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Para mi, el aprendizaje vino con las conferencias y las pujas. De entrada escuché a Tony Karam, fundador de Casa Tíbet México, quien nos habló del origen del budhadharma (budismo) y de la filosofía que persigue.<br />
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La fugacidad de la vida y el apego fueron puntos en los cuales encontré mi cabeza descalabrada. No cabe duda que uno resulta demasiado visceral en ocasiones y eso es realmente lo que nos produce dolor a nuestra existencia. "Entre más apego, más dolor", ahí les encargo.<br />
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Y no fue un evento al puro estilo coco wash ni regresé con la cara pintada de alegría por haber encontrado el hilo negro de mi existencia. Puedo decir que me he quedado sorprendida al ver que uno es el que hace de esta vida la cosa más complicada del mundo sin tener que ser así y todo eso se sintió en el momento en que los monjes deshacían el mándala.<br />
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¿Por qué nos encanta el dolor? ¿Por qué nos encanta ser drama queens si podemos seguir adelante sin darle tanta importancia a aquello que nos detiene? Todo es cuestión de enfoque, de liberación, de ser y aprender a vivir.<br />
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Participé de los rituales budistas, me ví en medio de un salón esperando cantos/oraciones en sánscrito de cuyo significado siempre ignoraré, pero eso sí, puedo tener la certeza que fue la oración más poderosa y cargada de energía positiva que me hayan dedicado. Bueno, eso prometió "Lovesang", el monje encargado de darme mi puja.<br />
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También regresé al seno materno de adobe y ladrillo llamado temazcal, bendije a mis ancestros, agradecí a mis abuelitas y sudé a mares ofreciendo mis pesares y alegrías a los dioses mayas presentes en esa ceremonia mientras la ruda, el romero, la manzanilla y demás hierbas purificaban mi cuerpo exterior.<br />
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Aprendí que debo dar paso a mi voz, no a los dichos de mi abuela, de mi madre, no a asemejar mis palabras al las de los demás. Debe sonar mi voz y eso, cuesta mucho trabajo. <br />
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Y si de hacer sonar mi voz se trata, tal vez esto no sea lo más indicado, pero estoy segura que es un buen inicio. Es por ello la existencia de este blog.<br />
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Tarea para mejorar mi vida tengo y mucha. Ganas de hacerlo también. Así qué, con permiso, mi voz y yo vamos a trabajar.<br />
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Gracias por compartir.<br />
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<div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-47821127562499533232012-05-10T19:54:00.001-05:002012-05-10T20:00:41.856-05:00Desierto de los LeonesHacía años que no visitaba el lugar. Me encantaba, recuerdo que casi cada domingo era el sitio elegido para la caminata.<br />
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Mis padres, como buenos alpinistas, les encantaba procurarnos experiencias que pudieran fomentarnos el amor a la naturaleza y el respeto del medio ambiente. Así, cada semana hacíamos caminata ya fuera en Cruz Blanca o en el Desierto de los Leones.<br />
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Los años pasaron y las visitas a ese lugar cesaron, mis recuerdos también acallaron.<br />
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Y por alguna razón que aún no logro descifrar, el domingo volví al sitio de mi niñez y (re)conocí el Ex Convento.<br />
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Al llegar al lugar me invitaron a pagar 10.50 pesos como cuota de recuperación. Mi acompañante y yo nos acercábamos hacia la entrada cuando vimos a un hombre ataviado con vestiduras de la orden de los carmelitas descalzos caminar hacia nosotros.<br />
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El hombre invitó a un grupo de personas presentes a acompañarlo en la visita guiada que iniciaría en unos minutos. Así fue como nosotros decidimos incorporarnos al grupo.<br />
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Al reunirnos ante el portal del ex convento, la voz del hombre pareció tomar un tono de voz y un vocabulario diferente. Tal pareciera que hablaba una persona de otro tiempo, o que de plano, este hombre se tomaba su papel de guía demasiado en serio.<br />
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Poco a poco recorrimos el lugar. Aprendimos de las costumbres de la orden de los carmelitas y el por qué de las ermitas apostadas en los alrededores del convento.<br />
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La habitación del silencio fue el último punto del recorrido. Allí nuestro guía explicaba cuál era la función de ese lugar y terminó con un canto gregoriano a modo de bendición hacia nuestro grupo. <br />
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Al finalizar, su tono de voz y su habla lo volvían a colocar en nuestros días, develándonos su verdadera identidad al explicarnos que habíamos sido parte de una representación teatral. Su trabajo, decía, era hacernos partícipes de una puesta en escena, trasladándonos hasta el México de 1700 y lo que significaba pisar por primera vez el entonces convento de los leones.<br />
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Fue una muy grata experiencia formar parte del proyecto teatral, además de darle una nueva identidad a este lugar que ha sido motivo de recuerdos de muchas generaciones. <br />
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Vale la pena retomar el camino hacia el Desierto de los Leones, disfrutar de la naturaleza, enseñar a nuestra familia a practicar el eco turismo y a conocer uno de los parques más bonitos que la gran urbe ofrece.<br />
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Los invito a pasear por Cuajimalpa, comerse una quesadilla en La venta y seguir su camino hasta donde los carmelitas dedicaban sus días a la oración. <br />
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<div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-60320127074396195622012-04-30T11:39:00.001-05:002012-04-30T13:38:58.638-05:00Día del niño... Una de travesurasHoy se celebra el día del niño. A menudo este tipo de fiestas me ponen de humor grinch, sin embargo hoy he recordado tantas cosas de mi infancia que podría decir con seguridad estoy contenta.<br />
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Para empezar las noches de vacaciones, cuando los chiquillos de la cuadra nos quedábamos jugando hasta tarde con los mayores, sintiéndonos "grandes" por violar los horarios establecidos de nuestros padres.<br />
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O que tal aquella vez cuando decidimos que diario desayunaríamos en una casa diferente nomas porque sí. Recuerdo los hot cakes y los tacos de pollo. Eso sí, creo que nuestras madres se dieron por enteradas cuando les tocó limpiar el desorden. ¡Qué días aquellos!<br />
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Si bien es cierto que esos momentos han quedado atrás y que sólo nos hacen esbozar una sonrisa en nuestro rostro, hoy conservo esa facilidad para reír y que espero nunca perder, tampoco he dejado de sorprenderme y mucho menos pues sigo aprendiendo.<br />
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Para mí ser niño es ser feliz en toda manera posible, no sólo hacer memoria de aquellos días sino buscarlos al presente. <br />
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Hoy solo fue un pretexto para escribir. Mi niña interior se divierte día a día y me festeja con un chorrito de felicidad a diario.<br />
<div class="blogger-post-footer">DR Pilar Nieto</div>Pilar Nietohttp://www.blogger.com/profile/00188863096232056724noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4576523022472674268.post-91513070408788414502012-04-26T13:13:00.001-05:002012-04-26T15:22:31.384-05:00En busca de la felicidadNo está usted para saberlo pero mi vida se ve envuelta en los brazos de la burocracia.<br />
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Hoy nuevamente he intentado soltarme de ella, buscando no sólo soltarme sino respirar de nuevo, quitarme de encima su pesada holgazanería. <br />
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Pero es tan grande su flojera, tan corta su visión y tan cerrada su forma de interactuar, de moverse que Jabba the Hutt se queda corto.<br />
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Es triste reconocer que en nuestro país las oficinas gubernamentales se rigen por el "no hay, no se puede". No he conocido, hasta el día de hoy, funcionario público capaz de resolver un problema, de ofrecer una respuesta que ayude a encontrar una nueva opción o simplemente sea un sí. Tal pareciera que el contrato de trabajo dijera: como función principal responda con un rotundo No.<br />
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Se que algunas cosas son realmente imposibles de solucionar pero ¿Por qué tener esa actitud? ¿Dónde queda la actitud de servicio? Tan fácil que sería llegar a un acuerdo, conciliar.<br />
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La búsqueda de la felicidad entonces se vuelve utopía ante estas instituciones. Tal pareciera que no hay modo de moverse dentro del sistema pues siempre habrá un NO como respuesta. ¿De qué sirve entonces pertenecer a la función pública si se busca, desde abajo, mejorar en cualquier aspecto? <br />
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Hasta hoy sigo buscando el hilo negro, y lo único que encuentro es miles de puertas para tocar, lo malo es que todas están cerradas por que es la hora del café.<br />
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