
Elegir uno es lo difícil... el camión y las corridas disponibles lo decidirán...¡Ah, un ganador! por una módica cantidad, tendré vegetación al pie de mi ventana, un pueblito sin turistas chilangos (pues es mitad de semana y para cuando lleguen yo estaré haciendo mis maletas) y sobretodo, es un lugar donde recuperaré mi salud mental.

Ya instalada en la comodidad de mi habitación y, después de pasar una noche arrullada por el ruido de los grillos, el pueblito me invita a recorrerlo. Desde su gente, su calmado y singular ritmo de vida, su gastronomía y la pirámide en la punta del cerro, este lugar me embriaga de tranquilidad y reposo... Valió la pena salir de la ciudad. Una buena elección .
Dicen que de la vista nace el amor...el lugar me conquistó desde que era niña y hoy, mi cuerpo adoró el buen trato que le brindé aquí; recuerdos en lontananza.
