domingo, 26 de agosto de 2007

Tocada por un ángel

Leyendo Demasiado Ego, me vino a la mente una experiencia en la que tuve la oportunidad de ver más allá de mis ojos. Puede parecer redundante el tópico de este post pero creo que vale la pena poner atención en este tipo de momentos en nuestras vidas.

Era un viernes por la mañana y me dirigí, junto con Magda y la Preciosa, a Bellas Artes. ¿La excusa para salirnos a media jornada laboral? : Diálogos en la Oscuridad, una exposición en donde lo único que faltaba para disfrutarla era la vista.

Decidimos agendar nuestra visita a las 9:30 de la mañana. Magda nos vería allá, sólo viajaría con La Preciosa. Ella es un poco quisquillosa, no le agradan las aglomeraciones y temía por su integridad física en el metro pues llegar al centro a esas horas en carro resulta más que imposible. Le sugerí que sólo portara una minibolsa y se sujetara fuertemente a mi cintura cuando se lo indicara. Tendríamos que salir a empujones o como fuera posible, antes que la marabunta nos hiciera quedarnos dentro del vagón por lo menos una estación más.

El viaje en metro fue tremendo para la Preciosa. Al llegar a Bellas Artes las puertas se abrieron. Previa instrucción procedí a vislumbrar al enemigo, sentí cómo las manos de mi compañera se aferraron a mi cintura. Mi mente sólo veía la gente arremolinarse ante mí, mi cuerpo comenzaba a emprender carrera atravezando la multitud, el roce de los cuerpos los quejidos por los empujones, los tres segundos que tardé en salir parecían eternos.

Cuando crucé a la marabunta mi compañera no estaba. La maldita bolsa se había abierto y todas sus pertenencias estaban en el suelo del vagón mientras ella desesperada trataba de juntarlas. ¡Pily, se me abrió la bolsa! gritaba mientras un amable señor ayudaba a despejarle el paso para que no la aplastaran. Ja, ja, ja, no pude evitar reírme, pero lo hice para mis adentros. ¿A quién se le ocurre portar una bolsa con velcro sabiendo que con un pequeño tirón se abre totalmente? No cabía duda que hacía mucho tiempo que la Preciosa no viajaba en metro y que su miedo a los aplastones casi le cobraban factura. Rápidamente, se levantó y salió airosa de la situación. Me dirigió una mirada fulminante, si-te-ríes-te-mato, por lo cual opté por mirar el reloj y mencionar la hora.

Al llegar a la entrada de la exposición, una amable chica nos explicaba el recorrido a los ocho asistentes que conformabamos el grupo. Son cinco salas, en cada una de ellas hay un escenario diferente. Su tarea será descubrir en dónde se encuentran, para ello tendrán un guía que los ayudará en todo momento. Si alguien quiere interrumpir el recorrido hay puertas de emergencia. No hay luz, no hay lámparas ni focos ya que el objetivo es que ustedes aprendan a ver sin sus ojos. No se los vamos a tapar, solamente les daremos este bastón para que les sirva de apoyo en su camino.

Caminamos por un pequeño pasillo que poco a poco se iba haciendo más oscuro. La penumbra era impresionante. Hubo un momento en el que miré hacia atrás cual mujer de Lot y no pude ver ni principio ni fin de tan negro escenario. -Buenos días mi nombre es Lupita, se oyó al fondo de la habitación. Yo seré su guía en este recorrido. Ustedes van a caminar en línea y si hay algún problema aquí estoy para auxliarlos, yo les indicaré por donde comenzar. ¿listos? Por favor caminen hacia su izquierda allí van a encontrar una pared. ¿dónde diablos está mi izquierda? verdaderamente la orientación se pierde en cuanto se apaga la luz.

Así fue como iniciamos nuestro recorrido. Torpemente nos tropezamos unos con otros, mi brazo fue pellizcado por Magda cuando sentía que se caía, la Preciosa se perdía de momento y sólo atinaba a decir ¡falto yo! cada vez que preguntaban quién iba hasta atrás.

Con una exactitud y orientación impresionantes, Lupita nos guió a través de un tianguis, nos llevó en un viaje por lancha, nos internó en la selva, caminamos por la calle y de premio nos invitó a un bar. Cada escenario era un reto. Encontrar un jaguar, reconocer semillas, encontrar y hacer sonar un timbre en una pared áspera fueron algunos de las cosas que identificamos en el recorrido. Parecía como si se escondieran de nuestro alcance ¿Ya encontraron el timbre? -¡No! gritamos al unísono. Pero si allí está, ¿en dónde, Magda? ¡allí!, ¿qué no lo ves? Además de ciegos, faltos de vocabulario.

En el bar, ya relajados tuvimos oportunidad de comprar nuestras bebidas y sentarnos a platicar con nuestra guía. Lupita nos dijo que habíamos sido un grupo muy ameno y nos daba las gracias por haber asistido a la exposición. ¿qué fue lo que más trabajo les costó? -caminar con el bastón, respondió uno. ¿y qué cosa les costó más trabajo ubicar? -el timbre, dijimos. Nos decía que así era el mundo de los ciegos. Que cuando uno pierde un sentido, como lo es la vista, los otros se agudizan aún más para ayudarnos a sobrevivir, que ojalá y con esa experiencia nuestra tolerancia hacia los ciegos y débiles visuales cambiara así como nuestra perspectiva de vida. Se me hizo un nudo en la garganta.

Aquel día, ese ángel tocó mi vida. Daría muchas gracias a Dios por todo lo que me había permitido ver hasta el momento y me alegraría al descubrir cosas nuevas para después retenerlas en mi memoria y recordarlas cuando mis ojos no tuvieran más luz.

De esta manera fue como experimentamos nuestra ceguera física por no más de una hora. Nuestra ceguera emocional quedó al descubierto cuando Lupita nos acompañó a donde ya se veía el fin del túnel, para descubrir con asombro, emoción y admiración que ella también era ciega.

6 comentarios:

Miss Neumann dijo...

suena super chingona la expo... me la perdi durisimo!

HAYDEE dijo...

Asi es amiga, el tener limitaciones físicas para poder apreciar tantas cosas y sentirlas nos hacen valorarlas más.

Por eso gracias a la naturaleza y a Dios por permitirnos sentir.

Se me erizo la piel.

Saludos.

Zereth dijo...

Que padre ha de haber estado la vivencia!

Saludos

Anónimo dijo...

Pily... que padre exposición me hubiera gustado... solo asi nos entienden jajaja.. Te platico.. yo tengo una enfermedad en la retina y en la absoluta obsucuridad mi retina no se adapta y pues veo NADA... Es algo con lo que aprendes a vivir!!

Oye.. y con las novias.. el evento de hoy.. no hay que tomarlo a pecho.. aunque en lo personal me da tristeza tanta falta de educación y me da impotencia pensar que la mayoría de las personas de nuestro país sean así.. ¿te imaginas? A dónde iremos a parar.. yo creo que mucho de nuestros fracasos como país es por gente así.. sin educación y lo peor sin ganas de educarse...

=)

Lety

Anónimo dijo...

Suena fantástico, todo eso... ¿es reciente? O sea, ¿está eso en Bellas Artes estos días?

Googleando veo que estuvo en el 2004, o algo así, y que es una cosa más bien internacional que esta vez trajeron a México. Pero no veo fechas...

Pilar Nieto dijo...

Miss Newmann! Si que te la perdiste.. pero ha tenido tanto èxito que no dudo el año que viene estè de nueva cuenta en la Cd. En estos momentos anda en Nuevo Leòn!

Haydee! Valorar lo que tenemos, esa es nuestra misiòn!

Zereth: Ya sabes que en cuanto sepa de nueva cuenta el retorno de la expo te paso el dato! jejeje

Lety: En verdad que la expo me cambiò muchas cosas y aùn màs admirable resulta quien lucha por salir adelante a pesar de las circunstancias!

Cèsar: en estos momentos la expo anda en Nuevo Leòn, estuvo en la Cd. de Mèxico en Bellas Artes y en el papalote Museo del niño.