jueves, 6 de mayo de 2010

El que con niños se acuesta

Ya fue el día del niño. A los pequeños se les festejó en grande. Tanto en las escuelas como en casa han recibido un pequeño regalo para cultivarles el consumismo y para recordarles que siempre que sea 30 de abril, tendrán un pretexto más para pedir juguetes a sus padres.

Sin embargo, es curiosos que sea el festejo de todos los niños y que en nuestro país se den situaciones como la de aquellos de cuello blanco a quienes les encanta conocer a los pequeños, bíblicamente hablando.

Hace un par de días, Carmen Aristegui entrevistó en su programa de radio a Juan Sandoval Ìñiguez, Cardenal de Guadalajara. La periodista le cuestionó acerca del caso Maciel y de la actitud que tomó el Vaticano con respecto a su innegable culpabilidad en torno a sus actos pederastas así como la resolución hacia los Legionarios de Cristo y el nombramiento que el papa ha hecho hacia su persona como delegado de purificaciòn.

El cardenal, después de hacer su declaración, aceptando el error del Padre Maciel y encontrándose entre la espada y la pared al no querer responder directamente al cuestionamiento de la periodista, se salió por la tangente con un simpático movimiento.

Hubo un momento en que Iñiguez trató de cambiar los ataques por condolencias. Dijo que en el problema de Maciel no se estaba considerando que es mexicano. Que todo mundo lo juzga y pone en juego la reputación de la iglesia católica y de sus allegados y que no se toma en cuenta su nacionalidad. Yo supongo que él trataba de decir que todos los mexicanos somos pederastas ¿no? o a lo mejor se refería al hecho de que la nación debería exentar al padre Maciel de tan cruenta lucha que vive desde ultratumba. Simplemente aprender a perdonar y cerrar los ojos...¡Pero qué le pasa a ese tío!

Definitivamente, a estas alturas nadie está para hacer caso omiso de algo tan atroz como lo es la pedofilia y mucho menos tratándose de un pilar de la religión con mayor número de seguidores en el mundo.

Vaya, uno no tiene la culpa de que el celibato, los años de encierro y las ganas de... poder les trastornen la cabeza haciendo estupideces por doquier.

Está bien que la justicia tenga los ojos vendados, que la gente prefiera tomar en cuenta las declaraciones de un líder de la iglesia, que pequemos de inocentes, sin embargo el tiempo es el mejor aliado para destapar tanta porquería que se entreteje en las altas esferas eclesiásticas del mundo entero. Si ya se pudo con Maciel (aunque ya esté muerto), se podrá con los demás y en vida.

Que la verdad salga a flote le pese a quien le pese.