martes, 17 de junio de 2008

Adiós al rincón de los reprobados

Recuerdo bien la época de la primaria. Las juntas con los padres de familia eran mi deleite. Eso de que mi mamá se saliera del trabajo para ir a firmar mi boleta de calificaciones y a recoger mis diplomas por buena ortografía, eran lo que me hacían sentir como la divina garza en todo su esplendor.

A mi corta edad sabía que los dieces eran el premio gordo, que los diplomas eran geniales cuando los lunes en ceremonia a la bandera pasabas ante toda la escuela reluciendo tu primer lugar en ortografía a nivel plantel. Pero no para todos eran tan buenos esos días.

De las pláticas que recuerdo estaban aquellas en donde las maestras preocupadas hablaban de fulanito o sutanito diciendo que no aprobaría el año escolar.

A medida que fui creciendo, era más notoria la cara de histeria que las madres ponían cuando a fin de año la maestra les decía: Señora, su hijo tiene que repetir 1er año por que no está lo suficientemente maduro, por que no ha aprendido bien a leer o por que simplemente non capisca niente. En fin, mares de lágrimas suplicantes y sollozos de parte de madre e hijo terminaban por hacer sentir a la profesora la mujer más mala del mundo. Con todo y los argumentos que ella pusiera en la mesa en pro del desarrollo educacional del infante, los portazos eran el punto final a tanto drama.

Desafortunadamente para las "malas maestras" y afortunadamente para aquellos burros asintomáticos y madres, cuya pena de tener un hijo con orejas de burro es peor que quedarse sin ver la novela de los panaderos esos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció con bombo y platillo que pondrá en marcha un método en el que se propone que no halla más niños reprobados.

Sí, el chistecito este tendrá lugar en 5 mil escuelas "experimentales" a partir del próximo ciclo escolar. El asunto es el siguiente: la forma de evaluación ya no consistirá en “calificar mediante números o cantidad” el desempeño de los alumnos del nivel básico, sino que se establecerán “criterios de desempeño mínimo por grado o asignatura”, para así poder transferir al estudiante a otro nivel sin que exista la posibilidad de que repruebe.

¡Oh my God! Osea...¡por eso estamos jodidos! Se espera que en 10 años haya resultados (¿buenos? ¿malos?) de estos niños pilotos. Si estamos hablando de criterios de desempeño mínimo ahora en lugar de 5 minicuentos que se supone leen al año (por que me han tocado mamás que los leen para luego platicárselos al hijo), serán las reseñas de los mismos lo que les exigirán. Ahora de verdad no habrá motivos para sacar un 10 real. Disculpe ud Srita. Vazquez Mota pero está volviendo (más) flojos a nuestros niños, intelectualmente hablando.

No, no me parece buena idea. Por algo la Pedagogía y los maestros normalistas tienen su razón de ser. Por algo se preocupan (algunos) por impulsar a los niños a dar lo mejor de sí en su educación... Por algo el hecho de reprobar no es una pena máxima sino algo que va en pro de un mejor desarrollo intelectual en los pupilos... Ja! pactos académicos... ahora sí se la bañaron.

viernes, 13 de junio de 2008

Mendigando

Chunk! El sonido del reloj checador impimiendo las 14 horas en mi tarjeta indican que el día ha terminado. Estoy dispuesta a relajarme durante la tarde, en casa una película me espera.

El transporte hace de las suyas como siempre, le encanta jugar con mi tiempo...tengo más de media hora esperando y nada. Para colmo de males, el calor sube y la sombra de un par de ficus fue eliminada por quién sabe quién hace un par de semanas, lástima, habiendo tan pocos árboles y que los hayan mutilado.

Por fin hace aparición mi verde carroza. Tomo mi asiento y me dispongo a iniciar la meditación reglamentaria para que no me desespere durante el largo trayecto hacia mi hogar.

El primer semáforo trae consigo a un hombre de mediana edad, pantalón de mezclilla y camisa azul marino. Se sube al camión y con cara de amargura comienza a relatar su historia. Es padre de unos gemelos quienes desgraciadamente sufren de cáncer. Él se ha quedado sin trabajo y por consiguiente sus hijos sin servicio médico. Necesita ayuda económica pues sus pequeños van en la segunda ronda de quimioterapias. A pesar de encontrar apoyo en uno de los hospitales que está ubicado en Tlalpan, no le es suficiente para pagar el servicio que reciben sus hijos. En ese instante, su mano derecha urga el bolsillo de su pantalón. Con un poco de temblor en su mano muestra la fotografía de sus hijos. Dos regordetes bebés sentados sobre una cobija en un jardín. ¿De verdad serán ellos? me pregunto.

Poco a poco va pasando por todos los lugares esperando recibir una cooperación, solo algunos acceden a ello. La carroza verde se detiene y él desciende del camión.

Tristemente me dí cuenta que me he vuelto indolente ante este tipo de circunstancias. La verdad cada día me cuesta más creer en las historias mendigantes de la ciudad. Que si no es un deshauciado, es un funeral, que si no es una hernia, es un ex convicto tratando de reincorporarse a la sociedad. En fin, pretextos hay muchos sin embargo ¿cuántos de ellos son ciertos? ¿cuántos justos pagan por pecadores?

Muchas veces he estado tentada a preguntar por el caso en cuestión. Si le hace falta trabajo, por qué no decirle que yo le doy una chambita o lo recomiendo con alguien que sepa le hace falta ayuda, digo algo es algo.

Recuerdo la última vez que me decidí a donar unos centavos a un hombre que era guiado por su hijo en el metro. El papá del niño era "ciego" y con una canción pedía a cambio unas monedas. Mi buen corazón se hizo chiquito y aportó para su causa. Desgraciadamente para mí ¡Oh, ilusa!, el metro no avanzó hacia la siguiente estación y pude ver cómo el hombre se levantaba los lentes, contaba las monedas y con un zape le indicaba a su hijo por dónde caminar. Ya no se apoyó de su hombro, caminó junto a él.

Después del papá de los gemelos, recordé el ciego incidente. Volví a reafimar mi rotundo NO a los méndigos mendigos.

Sin embargo, hay cosas que hacen sentir al corazón reconfortado por hacer el bien, por dar y recibir caridad (no limosna). Desde ceder el asiento, llevar ropa a las casas hogar, hasta dar una simple dirección son actitudes que generan paz interior y gozo al alma. Bien dice el dicho, si un hombre te pide un pescado, enséñale a pescar.

miércoles, 4 de junio de 2008

To eat or not to eat...

¡No me gusta cómo me siento, ya no me queda mi ropa!... Mi chiquis se vé al espejo y su carita se pone triste.

La veo y me veo a mí misma, sufriendo día a día por verme como la espirifláutica esa que es estrella en la novela de moda, o la otra que cualquier cosa que se ponga encima le sienta bien.

Además de luchar contra el peso, la ingesta exagerada de carbohidratos y la terrible mini-cintura que las tiendas ofrecen a lo que dicen es la talla 8... uff! creo que es más fácil volverse bulímica, anoréxica o de plano súper obesa, antes que correr la Nike 10 kms y llegar al peso ideal.

Decida, con el outfit propio para la ocasión y con el corazón henchido en determinación, salgo a recorrer las calles de mi colonia... un, dos, un, dos...tres metros y tengo qué descansar.. No me rendiré.. un, dos, un, dos. Otros tres metros y nomás no congeniamos la pista y yo... Cachi, cachau... como el Rayo Mc Queen intento dar mi mejor esfuerzo y no. Definitivamente las carreras y yo no congeniamos.

Frustrada con el intento de ejercitarme decidí comer bien...bueno, aprender a hacerlo. Pero ¡qué difícil! Mi chiquis cuando llega de la escuela me hace ojitos y yo como buena hermana cedo ante los ruegos de vamos por unos tacos... La culpa me atropella cuando leo la carta...Es mucho para cenar, es demasiado queso... ¡Me da un alambre vegetariano!. Así por lo menos no me sentiré tan mal.

No, no no. Esto no está funcionando, la actitud es lo que falla. Un par de días en un buen régimen y logré sentir cambios. No puedo ser tan débil....He de lograrlo.

Hoy por hoy la ciencia ha avanzado en mil y un fomas para eliminar esa llantita que tanto nos acompleja. Mil y un productos maravilla se ofrecen a los telespectadores. Desde una faja acomoda-kilos, hasta las pastillas quema-grasa de un reconocido laboratorio médico cuya patente encontró su símil en unas más baratas (por cierto, no las vende el Dr. Simi). Lo cierto es que todo radica, como dije en la actitud (y ahora en los reality shows donde perder kilos es lo que cuenta).

Fundación Televisa ha creado "Sentirte bien contigo", Discovery Health trabaja la "Idea Verde", en fin, pretextos para volver a dejar de comer mal ya no tenemos. Sin embargo una ayudadita nunca está de más, por ejemplo:

-En vez de hacer 2 horas al trabajo en camión, podríamos tener uno más cerca e ir en coche.
-En vez de llegar a ver la tele, podrían propiciar un canal de ejercicio con pilates, yoga, y aeróbics como antes en el 9. Total si ven el CVDirecto, quién dice que no sería un éxito el que propongo.
Si yo sueño con ser espirifláutica, por qué no soñar con que esto también se puede.