lunes, 5 de mayo de 2014

Judá

Cada vez me maravillo más de lo que mi corazón puede llegar a sentir. Esa magia al contemplar tus ojos cerrados, lo tranquilo que te vez al dormir, tu pausado respirar. 

Tu fragilidad me asusta y al mismo tiempo me produce una sensación de protección tan grande. Eres aún tan pequeño y ya te quiero tanto. 

Ayer fue tu presentación. El buen Dios ha inscrito tu nombre en el libro de la vida. Tus papás y toda la gente que te queremos estuvimos acompañándolos, dando gracias por ti, por tu bienestar, por hacernos tan feliz. 

¿Sabes? Cuando tu mami supo de ti, me pidió un favor muy especial, quería que le escribiera una canción para ti pero no pude. Tienes nueve meses para hacerla, me dijo. No fue falta de tiempo ni de interés, simplemente no me alcanza la métrica cuando miro tus ojos y toco tus pequeñas manos.

Pequeño Judá, tendré la bendición de verte crecer, llenando de luz los días de tus papás. 

Con ellos comparto ahora mucho más que una amistad. Ese amor tan grande que te tienen salpica mis días de felicidad.

No tengo una canción para ti pero eso no impide que desde ya tengas en mi corazón un lugar muy especial. 

Bienvenido a la familia pequeño tesoro.