martes, 20 de diciembre de 2011

Autocinema Coyote

Desde hace unos meses su llegada a este mundo se anunciaba. Una pequeña nota llamó mi atención en las páginas de mi revista consentida. Parecía un sueño hecho realidad, volver a vivir la experiencia del cine desde la comodidad de tu auto.

A mi memoria regresó la imagen de Marty McFly burlando a sus perseguidores, surfeando en una patineta sin ruedas y sacando chispas con la parte trasera de ésta.

Recordé la emoción que a mis 4 años sentí al llegar a ese lugar en el coche de mis primos y la nostalgia que me generaba pasar sobre periférico y ver en su lugar una tienda comercial donde el Autocinema de Satélite se encontraba.

Hace unas cuantas semanas por fin el Autocinema Coyote volvía a ser noticia, ya se había inaugurado. Y gracias a las redes sociales, la cartelera surgió. Así, boleto en mano, acompañante listo y estómago de acero (pues la película fue la ochentera The Fly), el viernes fue el día "D" para vivir la experiencia.

Las puertas se abren poco antes de las 7:30 pm y la función comienza 1 hora después. Cuando nosotros llegamos al poco tiempo la fila de autos era larga. La noticia se ha corrido como pólvora, y no es para menos.

Al llegar una chica muy amable nos recibió y nos preguntó si era nuestra primera vez. Muy amable nos indicó el procedimiento a seguir, cómo se encendía la bocina, la cual acomodó en el tablero del auto, dónde debíamos estacionarnos, la dulcería, la tiendita de souvenirs y, al terminar, nos invitó a disfrutar la función.

Ya muy acomodados en nuestro espacio, la gente ni tarda ni perezosa comenzó a acercarse a la tienda. Entre malteadas, palomitas y hot dogs podía verse a un grupo de jovencitos, una pareja madura, un matrimonio con hijos pequeños, varias parejas tomadas de las manos, en fin, no hay restricción de edad para disfrutar de una noche de cine sintiéndonos "como en nuestro coche".

En la pantalla comienzan a transmitirse anuncios de antaño y a promocionar las siguientes funciones cuando por fin inicia la película. De allí en adelante todo fue disfrute.

La cartelera comienza a diversificarse y no dudo que este lugar se convierta en un favorito de chicos y grandes. Por lo pronto se ha vuelto mi consentido. Espero que tenga mucho éxito, porque estoy segura, hay Autocinema Coyote para rato.


Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel

martes, 13 de diciembre de 2011

Mérida y su carnaval.

Creo que nunca les he platicado de mi visita a Mérida, verdad? Cosa rara, ya que con una reseña sobre mi visita a Chichén Itzá, estando en Mérida, fue que inauguré este blog.

Pues bien, todo comenzó cuando una muy querida amiga se mudó para allá. Creyendo que jamás la veríamos de nuevo (sí, era un pensamiento fatalista en ese momento), unos años después se llegó la oportunidad de visitarla con el pretexto de celebrar las nupcias de otra amiga de nuestro grupo.

Así, se llegó la fecha marcada para el mes de febrero.

Al llegar a la ciudad, ésta nos recibió con un clima cálido, un viento fresco que invitaba a despojarnos de los kilos de ropa invernal que portábamos de la ciudad. Como marco, un cielo rojizo cuya piel se vestía de atardecer.

Después de los abrazos efusivos y el recibimiento, nos esperaba el carnaval. Las calles del centro de Mérida se vestían de luces, de trajes llamativos, de bailes regionales y por supuesto, de regalos de patrocinadores.

La gente desde las gradas apostadas sobre la calle 60 (la más famosa para los turistas) disfrutaba el paso de los carros alegóricos, festejaban a sus reyes (los guapos y el Maquech o Rey feo) y reinas de carnaval y disfrutaban del jolgorio al que invitaban los animadores del evento. Propios y extraños pintaban una sonrisa en su rostro al escuchar la música tradicional mientras los bailes conjugaban los colores de sus vestimentas.

Pero no sólo de bailables y carros se goza durante carnaval. Todo el Paseo Montejo hasta el remate pululaba de jóvenes corriendo de un escenario a otro esperando disfrutar del espectáculo ofrecido por diferentes artistas populares. Durante el día los espectáculos. Se ofrecen en parques y jardines de la ciudad. Todo el día es fiesta, todo el día hay carnaval.

Caminar a través del mar de gente abre el apetito y qué mejor que reponer fuerzas con una marquesita. Una especie de crepa enrollada rellena de queso suizo, o queso del gallo rojo (por si desea comprarlo). El sabor dulce-salado me produjo una explosión de sabores en mi paladar, tan así fue que me volví adicta. No había esquina donde no me detuviera a comer una. En mi última visita las encontré en versión Nutella con queso y oh,oh! Sí, caí en la tentación.

Mérida podrá ser una ciudad pequeña comparada con la capital, sin embargo su gente es afable y risueña, muy respetuosa del prójimo, llena de valores. Creo que esto es un punto fundamental a la hora de disfrutar de ésta festividad. El carnaval se lleva en calma, sin daños colaterales. Se siente uno como en casa. Y ello invita a regresar no una, sino muchas veces.

Yo he vuelto en varias ocasiones y créanme, de ellas hablaré en otra ocasión pues de su riqueza cultural y gastronómica, así como sus sitios arqueológicos y la magia de sus playas merecen que me tome el tiempo para describirlas al detalle.

Por lo pronto les invito a consultar el portal del carnaval de Mérida:
www.merida.gob.mx/carnaval y así consultar las fechas del 2012 y el programa. Estoy segura que será una experiencia inolvidable.
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel

martes, 6 de diciembre de 2011

Cría cuervos...

Qué tal el show en redes sociales que protagonizó Enrique Peña Nieto y su primogénita Pau Peña Pretelini?

Anoche comentaba con uno de mis primos el hecho y debatíamos si era válido o no otorgarle el perdón a una niña de 16 años por su desliz en twitter.

Como primer punto ya no es una niña. A los 16 uno está muy consciente de lo que un insulto significa, además de haber reaccionado con "emotividad" ante la burla que se ejerció sobre su padre y de paso, hasta su difunta madre salió a flote.

Creo que no supo manejar sus emociones. Si bien es cierto que un insulto nos hace hervir la sangre, ella debe considerar que, en las redes sociales, el anonimato permite transgredir los límites de la decencia. Qué pesa más un insulto a la cara, en donde hay oportunidad de réplica o el insulto proferido por un seudónimo, por una persona que muchas veces no tiene nombre ni apellido?

Peña dio la cara por su hija, se disculpó y aseguró que sus hijos aprendieron la lección. Así también Paulina reactivó su cuenta de twitter y se excusó. De verdad habrá aprendido la lección?

Lo cierto es que tanto circo le dio a Peña un par de trend topics y, aunque la población proletaria de nuestro país se siente por demás ofendida en este momento, cuánto tiempo durará este #juaydelibros en la memoria del electorado?

Verdaderamente este show representa un hundimiento en las encuestas para un súper posicionado candidato?

Es cierto que las redes sociales, así como los diarios, no olvidan y guardan en los resquicios del time line información que será usada a favor y en contra de quien sea. También es cierto que, si Peña Nieto se pone abusado, con su sonrisa colgate y una sesión de fotos en familia en portada de revista rosa, harán que este resbalón quede como un chiste y se olvide el testimonio entre líneas difundido por él y su hija este fin de semana.


Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel