miércoles, 24 de agosto de 2011

El concierto

Dum, dum, dum, dum, dum... La música comienza a sonar, la oscuridad va cediendo a la silueta que se dibuja detrás del telón donde se reflejan sus iniciales: MB.

La piel chinita, el nudo en la garganta, los ojos incrédulos y la voz ahogada en un grito al que se unen 10 mil personas más. El sentimiento incontenible. Ocho largos años de espera para que por fin se cumpla el sueño.

"Now you say you love me..." Allí estaba él, con sus brazos extendidos, vestido con un traje gris, la sombra de barba en su cara, sus ojos cerrados mostrando toda la emoción que impregna al entonar cada palabra, cada estrofa. Entregándose a su público, al escenario que no necesita llenar con grandes escenografías ni bailarines pues su sola presencia cumple con su cometido.

Allí estaba yo, reponiéndome de la emoción al descubrirme tan cerca del escenario. Dos, tres metros? No lo sé, lo cierto es que casi podía palparle.

Era increíble, el viaje comenzaba. "Soy Miguel Burbuja", se presentó en español. El idioma no le cuesta trabajo, no en balde la raíz italiana y su matrimonio con una latina.

Su carisma, su humildad y las ganas de hacer que su público pasara un buen rato, comenzaron la "mexican fiesta". Agradecía una y otra vez el apoyo de la gente, el caluroso recibimiento al tiempo que se tocaba con la mano derecha el corazón transmitiendo fascinación a los asistentes.

No podía parar de gritar. Tan incrédula y esperanzada a la vez me sentía antes del concierto que las horas se me hicieron eternas. Ni en mis años de secundaria recuerdo haber sentido una pasión por algún artista como por él.

Me conquistó su voz, su facilidad interpretativa, la selección de clásicos del jazz y blues, y su sello personal. Aquella irreverencia, la ligereza de su carácter, vaya encontraba casi a mi alma gemela.

Atractivo no es, mas su belleza no radica en su piel y ojos claros. Es en su formación, en su manera de conducirse donde se haya la diferencia. Eso es lo que me gusta de él.

Yo no estaba al centro del lugar, me hallaba del lado izquierdo y esperaba pacientemente a que caminara hacia allí y pudiera verle tan de cerca para pellizcarme y comprobar que no soñaba.

En un momento sucedió, mis ojos encontraron a los suyos, un momento fugaz acompañado de gritos y de manos que se alzaban buscando las suyas. No se paralizó al contemplarme ni dejó de cantar al verse deslumbrado por mi belleza, pero yo sí. Volviendo a gritar cual quinceañera cuando se alejó y camino de nuevo al centro del escenario.

Antes de entrar al recinto, los elementos de seguridad revisaron mi bolsa, me preguntaron si llevaba cámara fotográfica y mentí. No la escondí, simplemente no se veía y yo rogué por que no la hallaran para usarla de contrabando. Así fue.

Sé que estuvo mal, que debí conformarme con la del celular pero no fue así. No podía dejar pasar el momento y, arriesgándome a que me quitaran la cámara ya comenzado el concierto, la usé. Eso sí, no sé si lo vuelva a hacer.

Al llegar a mi lugar, me encontré sentada junto a una chica quien, al igual que yo, se sentía emocionada por la proximidad del escenario. Entablamos conversación y ella me platicaba de lo bien que había resultado el día para ella y su hermana.

Habían llegado por la mañana a la ciudad, venían de Oaxaca y habían pasado el tiempo paseando hasta que a las 5:30 pm se sentaron en la puerta del lado izquierdo del auditorio, la puerta por donde entran los artistas. Solo ellas vieron llegar el par de camionetas negras de donde bajó Michael para saludarles, firmales un autógrafo y tomarse una foto con ellas antes del show.

A nuestra plática se unieron una señora y su hija, ellas eran de Veracruz y nos compartieron su experiencia para disfrutar del concierto. Nosotras venimos en un tour, me dijo la señora y también cuando se acabe el concierto nos regresamos.

La plática se animaba cada vez más cuando por fin, Dum, dum, dum, dum, dum... Las notas de Cry me a River se hacían escuchar.

Tuve la oportunidad de asistir a los dos conciertos que MB dio en la ciudad. Uno no supera al otro. Los dos fueron especiales, mágicos, inigualables. Lo cierto es que él dijo que regresará. Lo innegable es que haré lo posible para volver a estar cerca del escenario cuantas veces sea necesario.


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domingo, 7 de agosto de 2011

Rebeca, tu primer cumpleaños.

"Es de verdad, ya estás aquí. Ha sido un largo tiempo de espera y ansiedad. De saber que ibas a venir me ha puesto en un estado entre llorar y reír...Te puedo abrazar! Ya estás aquí, es tu bienvenida y yo soy tan feliz"

Sabes muñe? Ese pedacito de canción fue tan acertado para describir tu llegada a este mundo. La emoción de saber que venías en camino no hacía otra cosa que contagiar a todo el mundo de felicidad. Tu mamá, la mujer más afortunada disfrutaba de ti en cada momento, en cada movimiento, en cada sensación. Tu papá hacía lo propio, procuraba a tu mamá sabiendo que todo lo que hiciera lo recibirías tú.

Y los enamoraste. La prueba está en esa foto donde mamá e hija se dan ese primer beso, donde papá no cabe de felicidad al tenerte en sus brazos. Donde los ojos de ambos se llenan de una luz tan grande que contagia a quienes te miramos, de cerca o de lejos, y nos invita a sonreír.

Y nos enamoraste, con tu sonrisa limpia, con tu calidez, con ese ángel que la vida te dio, logrando con una mirada componer el día y saber que Dios existe.

De hoy en adelante, en esta fecha celebraremos tu cumpleaños. Hoy es el primero. Cada año nuevas experiencias tendrás, nuevos aprendizajes. Cada año conquistarás una nueva parte de tu pequeño mundo para que, en el momento justo, te lo comas entero y disfrutes de la vida como nunca.

Feliz primer cumpleaños querida Rebeca! Feliz día de color, de abuelos y tíos, de risas y regalos, de mucho, mucho amor.

Te quiere, tu nanny.
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