lunes, 31 de diciembre de 2007

Noches de insomnio y duermevela

Noches de insomnio, de triste agonía donde mi cuerpo no alcanza a recorrer el tuyo. La innombrable distancia se hace presente y la aurora me señala un día más de tu ausencia.

Noches en vela esperando una nueva oportunidad, un momento sublime en que pueda abrazar de nueva cuenta al sol y sentirlo acariciar mis brazos.

Noches de duermevela que me infunden desconcierto. Noches donde ni yo misma encuentro lo que busco y encuentro lo que no quiero. Noches donde mis pensamientos surgen una y otra vez con esa constante de desahogo que no hacen más que recordarme todo lo que no he podido descifrar.

Noches de insomnio y duermevela, noches de reflexión, de sueños, de ilusiones y proyectos, noches que dan paso a nuevas fuerzas y le dicen adiós a los malos momentos.

Noches, que como hoy, me permiten descubrirte otra vez entre mis sueños.





La última noche del año...La promesa de un mejor mañana está por comenzar.
En argot teatral...Mucha mierda para todos!

jueves, 13 de diciembre de 2007

Del tarot y otras cuestiones

-Hay un hombre moreno en tu vida, al parecer le gustas...se interesa por tí. Hay una mujer blanca que quiere quitártelo. Cuidado... -¿Hombre moreno? ¿Será el amor en curso?, ¿mujer blanca? chale, en este país todas son morenas, incluso mis amigas...¿quién será? Cual comercial de Madame Zazú, así fue mi diagnóstico la primera vez que alguien intentó leerme las cartas. Era la época de la secundaria. En mi cabeza rondaban Candy y los Take That, el amor en curso y querer robarle un beso. Lo demás no me importaba. Sin embargo ese día "Lupita", se hacía llamar la astróloga de tercero, nos quiso impresionar con su habilidad en las artes ocultas. La verdad a mí no me convenció.

Luego al paso de los años llegó el trabajo, las buenas relaciones y una pasante de psicología cuya habilidad para leer las firmas de cuanto incauto se dejó (incluyéndome) nos dejó medio sorprendidos.

Recuerdo bien el día en que en un papel estampé mi rúbrica. Ella la miró, la sintió, la estudió. Lentamente pasaba sus dedos por ella asimilando los relieves que el trazo de mi mano había dejado impreso. -Eres muy posesiva, te gusta reír pero no das rienda suelta a tus sentimientos. Los escondes. Le dio vuelta a la hoja, volvió a pasar los dedos y siguió con el diagnóstico. -Eres una persona que sabe lo que quieres, te esfuerzas por ello. Eres muy perspicaz y no quitas el dedo del renglón hasta que consigues tus objetivos. -¡Vaya! no pensé que unas cuantas líneas pudieran decir tanto de mí, exclamé. -Proteges a alguien. No quieres que nada lo(la) toque. Antepones la felicidad de tus seres queridos antes que la tuya. ¡Demonios! estoy jodida. Ahora resulta que soy sobreprotectora. Giro mi cabeza y una de mis amigas asiente y su boca exclama: Tu hermana. No me vas a negar que ella es a quién proteges. -¿Ella? No creo, digo sí la quiero pero no es para tanto. -Acéptalo Pily, ella hace contigo lo que quiere. Bueno tanto así como hacer lo que quiere pues no, pero de que la protejo... ni cómo negarlo. Así se me enseñó, así lo quiero.

Un giro más al papel y la conclusión: Eres más corazón que mente. ¡Toing...! De verdad que ni el mejor psicoanalista para que, en un dos por tres, me sacaran mis trapitos al sol. En ese momento decidía hacer varios cambios en mi vida, aprovechar mis debilidades para hacerlas mis fortalezas... ¡porque soy mujer! cuando de repente, un comentario me baja de las nubes. -No sé de grafología, me gusta, he leído algunos libros, me he aprendido los términos y eso es lo que concluyo con lo que te voy a decir, le decía la autora de mi casi cambio emocional a la siguiente víctima. Decidí ser yo sin destinos de por medio.

Otro día, la misma psicóloga decidió emocionarnos con su audacia para leer las líneas de la mano. ¡Ja! Esta vez no cedería y ni los astros ni mis manos jugarían con mi mente, con mis ilusiones, vaya no estaba de humor.

Las incautas pasaron por ella. Vidas nuevas, vidas viejas, poco tiempo en la tierra, etc. iban siendo los presagios. -¡Ándale, Pily! Deja que te lean la mano y ya comparamos con lo que nos dijo a nosotros... Media hora de ruegos después cedí ante la presión de 11 mujeres "quesque trabajando".

Con la espada desenvainada y mi escepticismo de por medio le extendí mi mano y dijo: -Tienes alguien que te cuida, llámalo abuelo, abuela, ángel de la guarda... pero es alguien muy grande, se siente ese gran amor. No es por nada pero me dejó fría, por aquí había acertado. Alguna vez he sentido ese gran amor y no puedo atribuírselo a nadie más que a Dios. Sí, mi querido lector, con toda esta "testa" loca, reconozco que hay un Dios y me considero bendita por él. Nunca pensé que se reflejara en la palma de mi mano. Y peor aún, que fuí la única a la que le dijeron este tipo de cosas. Aquí fue cuando empecé a dudar si quería continuar con el jueguito o no. Me dio miedo. Esta semi pitonisa siguió leyendo mientras yo instintivamente retraía mi mano para protegerla. -No me vaya a hacer mal de ojo, pensaba.

Luego vino la línea de la vida. Vivirás poco, dedujo. En un momento tendrás que decidir muchas cosas, todo se te va a juntar y la decisión que tomes cambiará el rumbo de tu vida. Cerró mi mano y en mi puño auguró dos hijos. Bueno, uno sí es seguro, el otro no se ve claro. ¿Cómo que no se ve claro? ¿Acaso será un aborto? ¿Lo querré pero no lo querré? Cada palabra me confundía más y, lejos de convencerme sus palabras eran puestas en tela de juicio letra por letra.

Ni dinero, ni amor, sólo una buena estrella, finalizó. Dejé el lugar y me acomodé en mi oficina. Tomé el jabón y me fuí al baño a lavarme las manos. Volví a analizar sus palabras y la risa me ganó.

En estos días me ha dado por consultar mi horóscopo. Algunos días acierta situaciones en las que estoy viviendo, la mayoría de las veces me resulta indiferente. Es cierto que todo lo esotérico causa curiosidad y la mía me ha llevado a experimentarlo de esta manera. Nunca he pasado una mala experiencia por ello, cosa que agradezco.

Hoy sé que no me gustaría saber cuál es el final de la película y mucho menos las atrocidades que pude tener en una de mis vidas pasadas. Mi destino es under construction y si un día decido predecirme algo, bastará con echar un vistazo a lo que he sembrado para saber qué y cómo lo cosecharé... ¿Quiero días con suerte? No hace falta más que mirarme en tus ojos para tenerlos.

martes, 4 de diciembre de 2007

Mi lienzo


Si mi vida fuera un lienzo, permanentemente habría dibujado en él una casa, un sol y un árbol. Junto a mi lienzo estaría siempre disponible mi paleta de colores y el disolvente necesario para adecuarlo al momento.

Nunca sería la misma imagen y nunca tendría un día soleado permanente. Algunas veces a mi sol lo cubrirían gruesas nubes de lluvia y otras tantas se vería eclipsado por la belleza de la luna.

Mi árbol también sufriría las inclemencias del tiempo, según el otoño de mi corazón o la primavera del mismo.

Mi casa cambiaría, unos días podría ser un condominio, otros tantos sería sólo un pequeño espacio donde disfrutar de un día soleado. Cuando haya tiempos difíciles sería una fortaleza. No un castillo ni mucho menos, un lugar donde su construcción sea firme y que ningún enemigo pueda con ella. Después de la batalla vendría el tiempo de mejoras y restauración. Una nueva oportunidad para mejorar mi casa.

Si mi vida fuera un lienzo, estaría salpicado de colores, mezclas extrañas y divertidas, mezclas únicas que pudieran resultar un poco locas, como yo.

Si mi vida fuera un lienzo, sería imposible dibujar a cada uno de los que me rodean, pero estoy segura que al mirarlo se sabrían impresos en él.

El día que mi vida termine, mi lienzo hablará por mí. Dejándome saber que por él me recordarán y que posiblemente también me quede reflejada en el lienzo de alguien más.









Si tu vida fuera un lienzo ¿qué diría?