Los programas como "El Panda Show", "Los hijos de la mañana", etc. hacen bromas de muy mal gusto gracias a la gente que llama a cabina para proponer incluso, el motivo con el cual se burlarán de familiares y amigos. Que si inventan un falso arresto y llaman de la "supuesta" delegación para que vayan a pagar la fianza, que si ya se salió de la casa para irse a vivir con el(la) novio(a) y llama para pedir perdón a sus familiares, que si están secuestrándola...! ufff.. un sinfín de pretextos para hacer una burrada y salir al aire. Ah! porque ese es el fin de tanta llamada. Es más, hasta los mismos participantes se graban para tener prueba fehaciente de lo que hicieron, y luego subir su ego ante familiares y amigos!!
Nunca falta el caso del tío que habla diciendo que lo acaban de dejar bien borracho en casa de un desconocido y que no sabe cómo llegar a su hogar. Por ello, llama a su familiar más cercano haciéndole creer su historia hasta arrancar de su interlocutor un par de lágrimas, algo así como: Hijo, mira que tu madre es buena, ¿Por qué le haces esto? ¿Qué no te das cuenta de todo el sacrificio que hace por tu bien? Mas-sin-embargo tu te dedicas a hacerla sufrir, a vivir en la parranda. Luego suelta la carcajada y dice: Ya tía... mejor dígame ¿Cómo está la Z?... después de un silencio y un qué dijiste el locutor de la estación repite ¿Cómo está la Z? Allí es cuando cae el velo y se da cuenta del engaño al que la han sometido. No obstante, suelta un par de peladeces, responde con un ¡Salvajemente grupera! (slogan de la estación) y termina riendo a carcajada suelta con el pariente en potencia.
Gracias a la ingenuidad demostrada en este tipo de llamadas, otro tipo de situaciones se han sucitado. Los llamados chantajes telefónicos tienen lugar desde hace varios años en nuestro país. Desde un coche regalado hasta un secuestro express, son las temáticas que utilizan los maleantes para sacar provecho de quienes reciben la llamada.
Ayer, sin embargo, agradecí que un locutor se prestara a una broma por teléfono.
El cuate marcó un número "x" diciendo que le habían enviado un mensaje a su celular comunicándole que había ganado un premio. Una voz, cuyo acento denotaba su origen centroamericano, respondió con la frase Secretaría de Gobernación. El locutor le informó del mensaje al que respondía y él le pidió los últimos 4 dígitos de su número telefónico. Después de un momento, el de la secretaría le informó que efectivamenta había salido ganador de la Empresa Patrocinadora (nunca menciona cuál); que había ganado un teléfono celular de la marca Motorola, un viaje a Cancún y un auto Jetta 2007. Por supuesto que el locutor se limitaba a expresar una fingida emoción.
El representante de la secretaría le dijo que este concurso estaba auspiciado por la Sra. Margarita Zavala de Calderón, la primera dama de nuestro país, además de las empresas Coca-Cola, Motorola y Boletazo. Le decía y repetía al locutor que en verdad era un hombre afortunado por haber sido ganador y que debía darle muchas gracias a Dios por dicha bendición.
El locutor preguntó por lo que tendría qué hacer para cobrar su premio. Este le indicó que necesitaría su dirección para hacerle llegar el auto pues la empresa Boletazo lo llevaría hasta la puerta de su domicilio además de grabar con él un spot publicitario en el momento de la entrega. Unas donaciones de productos de consumo personal deberían completar el proceso. El locutor fue instruído para que comprara dos Coca-Colas grandes, dos tarjetas de celular de $500 pesos y dos yogurts para beber, esto con el fin de remunerar a las compañías que auspiciaban el sorteo.
Después de las indicaciones empezó a recabar la información del supuesto ganador. Su dirección fue lo primero que pidió, después le dijo que verificaría en la base de datos su domicilio para que, a más tardar, el día de mañana le fuera entregado el auto. Que le llamaría de vuelta en 10 minutos para decirle la hora de la visita. Colgaron.
El locutor explicaba a su audiencia cómo le fue proporcionado ese número y alentaba a los radioescuchas a no creer en todo lo dicho vía celular y vía telefónica. La dirección antes proporcionada al "secretario" era la de la PGR, en lo cual, hasta el momento, el tipo no había reparado.
Diez minutos después, el "secretario" no llamó. Allí terminó la historia. No hubo réplica a la llamada.
Sigo maravillándome que, hoy por hoy, la gente sigue siendo presa de dichos chantajes. Por más difusión que se le dé a la extorsión telefónica, son muchos los que, de un susto, una pérdida grande de dinero y un cambio de línea no han pasado.
¿Qué hace falta para no caer? ¿ser excesivamente incrédulos y, Dios no lo quiera sea cierto y perdamos un ser querido? ¿hacer caso a cada llamada que recibamos? ¿es falta de inteligencia o exceso de confianza?
Decían que los chantajes provenían de prisión... A los reos ya les pusieron libre acceso a internet... ¿cómo piensan terminar con esta situación si proveen de herramientas a los malhechores?
Tampoco es alejarse de la tecnología permanentemente ni encerrarse a piedra y lodo para no salir perjudicado pero sí ser más prudentes con la confidencialidad de nuestra personalidad...
¿Recomendaciones? uff... esas se merecen otro post!