¿y qué?

Siento un nudo en el estómago, siento ganas de llorar, siento cómo mi ser se tensa cada vez más y cómo ese coraje me recorre por completo.

Odio sentirme así, odio saber que me han pegado... Odio saber que me siento impotente al querer voltear las cosas y ser yo quien lastime y no los demás. Odio saber que estoy haciendo lo correcto al no hacer nada y no ponerme a tu nivel al no responder a cada insulto que me das.

Odio ver tu fingida sonrisa, tu falta de cerebro, tu mísera vida. Odio ser tan paciente y tolerante y que por primera vez en mi vida me sienta de esta forma.

Odio tu hipocresia, tu falta de entereza para enfrentarme y darte cuenta que, por más que me ignores, soy tu mal, soy tu peor pesadilla, la espinita que roerá tu pútrido corazón el resto de tu vida.

Cada vez que escuches mi nombre, además de ahora, sentirás el peor de los dolores corriéndote por las venas. Y ahora tú me odiarás más de lo que te odio yo, y serás aún más infeliz por que tus intentos de eliminarme de tu vida han sido inútiles.

Tu disparaste primero... pero yo te marqué para siempre.

Si... descubrí el odio.... tantos años queriendo evadirlo, tantos años haciéndole caso omiso y hoy pudo más que yo... salió a flote... un deja vú, un instante... tantas letras que liberaron mi oprimido corazón.