lunes, 23 de julio de 2007

La Ciudad de los Palacios

Una de las muchas bellezas de nuestra gran ciudad es El Palacio de Bellas Artes. Si algo hay qué agradecer a Porfirio Díaz es la belleza del mármol italiano que hace majestuosa la fachada de dicho recinto.

Una vez más fuí víctima de la curiosidad. Las ganas de sentirme turista en el centro histórico se apoderaron de mí. Bellas Artes fue mi destino, el plus la exposición de Frida Kahlo.

Las filas para admirar las piezas y el constante empuje de los curiosos que, entre más rápido terminen de ver eso que llaman arte para ir a otro lado, no impidieron que disfrutara en toda la extensión de la palabra una visita más a uno de mis lugares favoritos de la ciudad.

Poco a poco iba avanzando la gente, al entrar las Dos Fridas nos dieron la bienvenida. La gente seguía el curso de la sala y en cada pintura se detenía a leer los pies de cada una. Sin respetar los límites marcados en el piso con una banda para proteger a las pinturas, la gente se seguía empujando y señalaba (con la firme intención de tocar) cada pieza que les cautivaba. De pronto, el calor subía y una guardia gritó: ¡Dejen de leer los letreritos, los pueden bajar de internet y avancen por favor! Cuando dijeron internet solté una carcajada irónica, mucha gente optó por avanzar y yo reacia me quedé leyendo "los letreritos".

Había muchos que se detenían, como yo, a disfrutar de la exposición. Los niños por supuesto, pedían salir del lugar y mejor hacer otra cosa. Una pareja de novios compartía los audífonos con la explicación de cada una de las pinturas. Todos, en nuestro muy particular momento de nacionalismo puro (unos, y otros por verdadero amor al arte), acrecentamos los números de la exposición montada a los cien años del natalicio de Frida Kahlo.

Después de la visita, la sesión de fotos afuera del recinto se hizo inminente. ¡Cómo extrañé mi cámara! Desgraciadamente un golpe en la lente fue el causante de que pasara a mejor vida. Mi maestro de cine dice que ya es obsoleta y su recomendación es la adquisición de una nueva (ja, creo que eso no será posible por el momento, estoy como el ISSSTE... en números rojos ¿algún donativo? De preferencia que sea Nikon).

Sin embargo, no todo estuvo perdido, la tecnología del celular salió al rescate. Poco a poco, mi limitado encuadre captó un poco del esplendor de la ciudad y su transitar.


Les comparto un poco de la ciudad de los palacios y, sí en efecto, el nuestro está al alcance de todos.

3 comentarios:

Zereth dijo...

Que padre que pudiste ir de paseo por aquellos lares, y la exposición es como dices, un plus.


Saludos

Miss Neumann dijo...

me dijeron que es un asco porque no se puede ni ver... que hay tanta gente que es imposible disfrutarla!!!

deberian de no dejar entrar a niños! y eso que me gustan los niños!

GOMÍS dijo...

Amo El Palacio de las Bellas Artes!!!

De niño me llevaban a conciertos de música clásica y lo odiaba, pero ya hoy, de adulto; lo he perdonado y odio a mis papás por llevarme a conciertos tan a temprana edad...

Beso!!!