lunes, 10 de marzo de 2008

Fue en el Momitas

Tenía 20 años y trabajaba cerca de Montevideo. El hospital era de monjas, no así de recatados resultábamos los de farmacia a la hora de divertirnos. El fin de año se acercaba; el mejor pretexto para una buena celebración.

El lugar se llama Momitas. A la entrada se lee "Restaurante Bar Familiar". De esos 3 conceptos respeta dos. ¿Lo familiar se referirá a los lazos que se generan a partir de una noche de copas y compañerismos llevados a su máxima expresión? ¿O será que con ese título se pagan menos impuestos? Todavía no lo descubro.

Pasaban de las 9 pm y la mayoría de farmacia estábamos muy sentados en la mesa reservada a nombre de mi jefe. Poco a poco se iba llenando el lugar de caras conocidas. La cena fue mala. Lo mejor vino a la hora del postre...

El hielo seco empezaba a llenar la pista de baile. Cual quinceañera de los 80's, la bola de cristales pendiente del techo iluminaba el lugar y daban paso a Paquita la del Barrio, Vicente Fernández, La Tesorito, Selena y sepa dios quién más. Por supuesto el maquillaje, los implantes y las pelucas hacían de estas "bugambilias" todo un show sui generis.

Tres veces te engañé, tres veces te engañé, tres veces te engañé... Coreabamos todos al calor de unas copas. Paquita le mandó saludos a las progenitoras de los presentes y se retiró. Nuevamente la pista quedaba desierta cuando en el sonido se escuchaba una canción familiar. Los acordes de Village People acompañaban al clímax de la noche. Cinco mujeres y cinco hombres de muy buen semblante (ja!) comenzaban a desfilar tirando a su paso todo aquello que no necesitaban. Los chiflidos, gritos y aplausos no se hicieron esperar. Poco a poco iban pasando entre las mesas para complacer a damas y caballeros.

Mi atinado jefe estaba entre ido y despierto, algo maquinaba, me lo decían sus cejas extrapobladas. Poco a poco se iban acercando un par de muchachos hasta donde nosotros estábamos. En ese momento sentí a la cuatitud posar sus miradas en mi entonces esquelético cuerpo.

Entre mis nervios, mis impresionantes gritos y risas nerviosas y demás, fuí víctima de un atropello. Ninguno respetó mis pocos años de vida por lo que llamaron al primer stripper que vieron y le pagaron para que me hiciera un "Full Service". Yo me seguía resistiendo, miraba a todos en la mesa con cara de no por favor por que se enoja mi mamá y ni así se compadecieron de mí. De pronto me tomaron de los brazos, me sentaron en la silla que daba al pasillo cuando una inmensa espalda se puso frente a mí.

Él tomó mis manos entre las suyas y las pasó por su pecho. Yo seguía riéndo incontrolablemente de tantos nervios y emociones conjuntas. Se sentó en mis piernas y yo lo único que hacía era taparme la cara. Mis cuates muertos de la risa y yo, de verdad que estaba sufriendo.

Se levantó y me puso de pie. Luego luego intuí que me cargaría y volví a poner resistencia entre grito y risa. Mis amigas lo animaban a seguir con el juego y me levantó. Me cargó y me dió una maroma, como paso de quebradita. Me volvió a sentar en la silla y se despidió de mí con un beso en la frente.

Por fin el suplicio terminaba. Mi cara estaba roja a más no poder. Después de tal suceso no atinaba a hacer otra cosa que reírme de lo sucedido. Mi jefe dijo que encontró la fórmula eficaz para mantenerme callada. Le falló, una hora más tarde seguía tan fresca como una lechuga.

Esa experiencia se repitió unos meses más tarde cuando en mi cumpleaños volvieron a contratar otro strípper... No fue idea mía. Fue mi despedida, unos días antes había renunciado al hospital. La experiencia fue igual de graciosa, esta vez no fue tan colorada pero con todo y todo volví a ponerme roja y repetí la risa nerviosa.

Hace un mes repetí la experiencia. Una despedida de soltera fue el marco. Igualmente los bailes y la complicidad con el muchachón (primo de una amiga), hicieron la noche más ligera y no sólo de ropa.

Hoy he descubierto que los bailecitos exóticos de dominio popular no son mi máximo, prefiero la imaginación en pareja y sin risitas nerviosas... Las ladies night las dejo para otras más audaces que para mí el pillow book basta.

8 comentarios:

Zereth dijo...

No lo haría nunca... ni lo volveré a hacer!


jaja 3, pero bueno, no te ha gustado que de lo contrario llevaríamos más de diez.

Comparto el que no te agrade, de hecho no son tan apetecibles los tipos así.


Besos

Ricardo Arce dijo...

jaja, yo una vez le mordí una nalga a chica teibolera.. después me corrieron del lugar y me vetaron del mesmo.

Ahora río irónicamente porque en principio ni quería entrar, me metieron las chicas a base de volantes y miradas lascivas.

Saludos, Pily.

(me debes un libro y yo toy más pa'llá que pa'cá).

Bjack dijo...

no se cual nelly conosco varias pero de todos modos un gusto


Paz chica

Saludos.

Iliana dijo...

Estuvo muy divertido :-D pero concuerdo contigo, a mí ese tipo de situaciones también me ponen nerviosa. En primer lugar –disculpa mi vocabulario– los tipos ni están tan buenos, o más bien no son de mi tipo. En segundo lugar, está bien, imaginemos que te gusta el tipo y le quieres dar unas caricias, pero, ¡¡¡¡¡¡¿enfrente de todo el mundo?!!!!! En tercer lugar, cobran y nunca he pagado por este tipo de cosas... :p
Sólo he estado en una situación así (en la despedida de soltera de una amiga) y reaccioné igual que tú.
Saludos.

Cometa dijo...

Una despedida de soltera fue donde a mi me hicieron la misma "gracia" y lo peor fue mi madre quien lo sugirio...

Claro esta que en mi despedida...fue algo vetado desde un inicio.

Comparto tu desagrado...

:)

Cometin

Anónimo dijo...

En efecto, les gusto "aprovecharse" de las chicas que demuestran repudio publicamente.
A mi tmbien me hicieron victima de sus oleosos cuerpos llenos de bolas (!). Era la despedida de soltera de mi hermana mayor...yo estaba en mi cuarto preparando un seminario que iba a dar en un congreso nacional de fisica (era mi primera vez, ah!) Y me fueron a sacr del cuarto y de la casa, bola de viejas locas (mi abuela paterna lidereando el grupo)...llegando al famosisimo club de strippers masculinos en Insurgentes sur, han pagado un bailecito, pero mi hermana no lo quiere...asi que el muchachon se le ocurre hacerme el honor, sera porque me vio muy inocente, con mis 20 años y mis cabellos purpuras a la "estudio ciencias"...Fue horrible, fue horrible!
Saludos
K

Anónimo dijo...

Jajajajaja.

Me hiciste recordar una vez cuando alguien me desafio a ser mas deshinbida en publico, pos al pobre le quedo muy claro que no pueden desafiarme ... desde ese dia cada vez que me ve sale hecho un cohete para cualquier parte ...

jajajajaja

Anónimo dijo...

si, recuerdo el Momitas Bar, un excelente lugar para compañeros de trabajo, fui en 1999 y en el 2000, en ese entonces tenía 28 años, que recuerdos, hasta la imitación de alejandro fernandez, jajajaja..