lunes, 23 de enero de 2012

Año nuevo, vida nueva.

El primer mes del año agota sus días, los propósitos ya no tienen la misma fuerza que minutos antes de la cuenta regresiva, sin embargo si de renovar energías se trata, el año nuevo chino llega como recordatorio de que Todo lo podemos.

La criatura mítica del Dragón, su fuerza, su valentía, la garra que todos llevamos dentro (por más endebles que parezcamos) se ve reflejada en este ser de agua.

Se auguran cambios, pero seamos realistas en qué año no se repite lo mismo. La verdad, el punto favorable de esta celebración es que si uno ya había tirado la toalla con los propósitos del 2012, hay una nueva oportunidad para llevarlos a cabo. Ahora sí, retome el buen camino y pídale a san dragón de agua que le de fuerza suficiente para embestir a los demonios de la glotonería, la flojera, el descuido, etc. que se presenten en nuestra vida diaria.

En caso de que este inicio de año chino también pase sin pena ni gloria, no se preocupe. El año judío también es otra opción. Sólo hay un pequeño inconveniente, éste es casi a fin de año y pues volvemos a empezar.

Se da cuenta? Pretextos para no hacer nada hay muchos, fuerza de voluntad muy poca. Por qué no empezar bien el día de hoy sin esperar un nuevo año, una luna especial o la divina gracia?

Por lo pronto haré lo propio y... Que san wichito me agarre confesada.
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