viernes, 13 de junio de 2014

Godínez vs obesidad

En un intento por "meter en cintura" a la población trabajadora del lugar donde laboro, se llevó a cabo un programa al que yo denominé "Godínez vs Obesidad".

Siendo un hospital es común que por este lugar pasen muchas personas para realizar prácticas. Médicos, enfermeras, cocineras, y desde hace unos cuantos meses, licenciados en Nutrición. 

Es aquí donde comienza la historia. Es la primera vez que dos estudiantes de Nutrición se presentaban en el hospital. La idea parecía perfecta, no sólo las pacientes recibirían alimentación y guía adecuadas sino también los trabajadores podríamos beneficiarnos de ello. 

En un primer intento se convocó, de manera voluntaria, a todo aquel que quisiera cambiar su estilo de vida. No hubo eco. Entonces la técnica cambió. Ahora era voluntariamente "a fuerza".

De casi 100 personas en mi turno, la convocatoria "obligada" sólo logró reunir a poco más de 40. Los pretextos iban desde no tengo tiempo, tengo mucho trabajo (ajá), ya voy de salida, yo me siento bien como estoy aunque tenga sobrepeso, y el clásico que no me vean para que no me manden. 

Quienes acudieron a la cita, recibieron consulta y una guía de alimentación así como indicaciones precisas a realizar actividad física por lo menos 30 minutos al día y lo más importante, hacer el esfuerzo por llevar la dieta al pie de la letra. 

Los primeros días observaba a mi jefa y compañeros muy entusiasmados. La señora que vende garnachas frente al hospital incluso me preguntó si era verdad que todos ya estaban comiendo saludable (pueblo chico, estimado lector) porque sus ventas habían bajado y ahora sólo le pedían quesadillas "sin grasa y de flor de calabaza".

Después de 15 días, la balanza esperaba y muchos recibieron estrella por su esfuerzo. Otros incluso encontraron tiempo para hacer ejercicio antes de comenzar a trabajar y los más, decidieron celebrar comiéndose una gordita con chicharrón o con una generosa rebanada de pastel. 

Por una u otra razón, el esfuerzo titánico de llevar una vida saludable sólo duró 15 días. Creo que hay muchos factores que llevaron al naufragio de esta iniciativa, una de ellas fue la poca convicción de parte de los participantes, una más la gran tentación que resulta de los aromas garnacheros que rodean nuestro lugar de trabajo y así puedo seguir enumerando ¿motivos, razones, pretextos? Llámele como quiera. 

Han pasado varios meses de esto. Hoy sólo he visto a tres personas seguir con el cambio de dieta y ejercicio. ¿Valdrá la pena volver a intentarlo? Creo que sí. Por lo menos de este lado, sigo luchando con los antojos. 

Por cierto, ya compré mis tenis para salir a correr. ¿Por algo se empieza, no?




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