miércoles, 9 de diciembre de 2009

Redes Sociales

Leyendo la revista de mi preferencia, hace unos ayeres, salió publicado un artículo sobre la red social de moda y lo "out" que se volvía gracias a la gran cantidad de aplicaciones que los usuarios habilitaban en sus perfiles y que hacían casi imposible la navegación. Luego la nueva propuesta Facebook (FB) hacía su aparición es este rubro.

La primera vez que entré a la página, me sorprendió lo simple que resultaba andar por aquí y por allá. No era necesario que escribiera mis gustos y preferencias, sabía que, quien me encontrara en ese portal me conocería bien. Más que un sitio para buscar amigos, me presentó una nueva forma de socializar con quien realmente me interesaba. Hasta para hacer amigos hay niveles, y eso de tener entre tus contactos con quienes rara vez tienes relación y que sólo te siguen por ósmosis, no es agradable.

Así pues, dije de aquí soy y me enamoré aún más de sus políticas de privacidad.

La onda bizarra llegó después, cuando mis conocidos comenzaron a cambiar su estatus social. "Fulanito ha dejado muy en claro en FB que tiene una relación con sutanita"... toing! Sinceramente no veo el afán de andar publicando quién anda con quién o si uno está casado con alguien o no o si se encuentra en una relación "complicada". ¡Claro que las relaciones humanas son complicadas! Y no contentos con eso, refinarnos el hecho de que no somos perfectos pues le quita lo bonito a cualquier persona.

Además eso de andar publicando que ando contigo hoy y mañana no lo sé, denota inestabilidad emocional del sujeto en cuestión y un poco de promiscuidad si cada semana cambia de modelo como de ropa interior... bueno, no lleguemos a tanto. Pero la verdad, hasta en las redes sociales hay una reputación que cuidar y con tanto cambio de estatus, lo destantean a uno.

Y bueno, de los jueguitos y del progreso que cada uno lleva, es otro cantar. A ese le saco, me llevaría otro post platicarles de lo traumante que resulta recibir cuanta notificación hay para seguir jugando. Realmente se vuelve una adicción.

Hoy en día nuestra vida se rige a partir de lo que escribimos o no en el muro de la red social a la que pertenecemos. Nuestra intimidad se vuelve pública a partir de qué tanto estemos dispuestos a compartir y peor aún de qué tanto podemos resistir la tentación de hacerlo.

Así pues, procuremos caer menos en la tentación y reactivemos la vida social piel a piel... Estoy segura, después de tanto vicio on line... Hay vida allá afuera.




1 comentario:

Neftali dijo...

eso es lo malo de lo que se llama la web 2.0, y lo malo es que poco a poco subiras tu vida en linea y como siempre otra forma de manipulacion de datos, bueno paresco paranoico o hasta con teorias de conspiracion jejeje.