Rosario Castellanos

Es domingo medío día. El desayuno fue un éxito rotundo. Eso de pagar para que le sirvan a uno es genial, jejeje, lo sé... mi bolsillo perdió pero mi estómago ganó jajaja.

Ya entrados en conversación, un amor que tengo y yo platicabamos del resto del día. Ese domingo estaba destinado a una visita especial en la colonia Condesa, en la Cd. de México.

Mi instinto algo me decía que sería uno de mis lugares favoritos. La frase "..un lugar en donde te pierdas" revoloteó por mi cabeza durante varios días y la única opción que venía a mi mente era una librería... Al amor que tengo no le agradó la idea que descubriera la sorpresa y aún así, con mucha filosofía me condujo a donde ya habíamos programado pasar el resto del día.

Al llegar mis ojos no terminaban de ver aquello por lo cual sueño y pido al cielo que sea benigno conmigo para poderme hacer millonaria en letras... Cantidades industriales de lecturas ante mis ojos y yo con toda una tarde por delante para darme gusto a mis anchas!

Una librería en la cual el techo lo forma un vitral... parece una vaca, su fondo blanco y sus manchas negras hacen que resalte la luz blanca. Un mezzanine para colecciones, una salita con cómodos sillones tipo loft para el más cansado, el área de niños con alfombras azuladas para retozar a gusto (no importa la edad) y no podía faltar la cafetería gourmet-wireless que toda casa de libros debe de tener...

A mi dulce paseo le hacía falta algo, una nueva adquisición... y en esta ocasión no fue una, fueron tres, cosa más grande caballero! Tres libros en espera de ser leídos!!! Dios, tanta belleza no puede ser cierta jajaja...

Pero así fue. Para que el día fuera redondo, una tarde gris, lluviosa cerró con broche de oro la visita.

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