¿telepatía, empatía? El caso es que la sangre llama, la amistad une y la tecnología (invento de hombre blanco) acerca.
Así pues, achaques a distancia, sueños recurrentes y uno que otro pensamiento que traiga a la mente a cualquier ser querido, nos impulsa a seguir nuestra corazonada y salir en su búsqueda, saciar nuestro ímpetu por saber de ellos y obtener un poco de paz mental y del corazón.
Este fin de semana, el último mes, y en lo que va del año, esos pensamientos, esas jugarretas del destino se han hecho muy frecuentes en mí. No siempre han traído buenas nuevas; de hecho, han sido turbantes para mí y los que me rodean. Sin embargo, la vida sigue y yo con ellos apoyándolos en lo que más pueda.
Saben que tendrán un hombro para llorar, una risa estruendosa para compartir alegrías y un corazón enorme que los ama mucho.
A mis seres queridos, de sangre y de diablequeces, cuyo difícil transitar en estos momentos hace que los piense y acompañe aún más.
Los amo.
1 comentario:
diableca!
Un abrazo para ti, gracias por tu mensaje, el peladaje disfrutó con música y mole el acontecimiento y yo no podía quedarme fuera del festejo mortuorio.
Te quiero
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