lunes, 28 de mayo de 2007

Lazos

A veces sin quererlo, nuestro hombre resulta afectado por circunstancias que el cosmos tiende, a bien o mal, ponernos en nuestro camino. A veces, estos sucesos desencadenan una serie de síntomas en el cuerpo sin explicación alguna.

¿telepatía, empatía? El caso es que la sangre llama, la amistad une y la tecnología (invento de hombre blanco) acerca.

Así pues, achaques a distancia, sueños recurrentes y uno que otro pensamiento que traiga a la mente a cualquier ser querido, nos impulsa a seguir nuestra corazonada y salir en su búsqueda, saciar nuestro ímpetu por saber de ellos y obtener un poco de paz mental y del corazón.

Este fin de semana, el último mes, y en lo que va del año, esos pensamientos, esas jugarretas del destino se han hecho muy frecuentes en mí. No siempre han traído buenas nuevas; de hecho, han sido turbantes para mí y los que me rodean. Sin embargo, la vida sigue y yo con ellos apoyándolos en lo que más pueda.

Saben que tendrán un hombro para llorar, una risa estruendosa para compartir alegrías y un corazón enorme que los ama mucho.

A mis seres queridos, de sangre y de diablequeces, cuyo difícil transitar en estos momentos hace que los piense y acompañe aún más.

Los amo.

1 comentario:

Zereth dijo...

diableca!

Un abrazo para ti, gracias por tu mensaje, el peladaje disfrutó con música y mole el acontecimiento y yo no podía quedarme fuera del festejo mortuorio.


Te quiero