viernes, 2 de mayo de 2008

Mi chica de humo!

¡¡¡Qué salga a buscar, qué salga a buscar!!! Ese era el grito de guerra aquella calurosa tarde. Éramos una veintena de niños. Tendríamos entre 5 y 12 años. Las escondidas, La Roña, Hoyitos, La Traes, etc. formaban el listado de juegos con los que nos divertíamos hasta que una voz en cuello nos recordaba: al día siguiente también había escuela.

Los más grandes cuidaban (sin querer) a los más pequeños. Si corríamos debajo de la acera, ellos con un chiflido nos "echaban aguas" cuando venían los coches, si nos lastimábamos eran los primeros en correr a las casas a llevarles el chisme a sus mamás y luego a las de los heridos en cuestión. Pero cuando eran vacaciones, ellos eran los alcahuetes al pedir permiso hasta media noche...total, nomás un ratito más, decían.

Con los años nuestros juegos se llevaban a cabo con otras intenciones; cambiamos de La Roña a La Botella, de Las Escondidas a Las Encontradas... pero ese es tema de otro post.

En fin, esa tarde jugábamos Encantados. Tres de mis vecinos mayores son hermanos: dos mujeres y un hombre. Toño se llamaba aquel. El encantador era uno llamado Mateo. A mí me había tocado muy pronto y quedé encantada frente a Toño quien estaba recargado en el auto de su papá.

Yo inmóvil cual esposa de Lot, lo miraba contoneándose al ritmo de esa canción. No olvido su pantalón de mascota verde de la secundaria, su pelo ondulado y encogiendo un pie como el intérprete de la melodía.

El encanto duró poco tiempo. Lo suficiente para que esa escena quedara grabada en mi memoria musical. Toño me miraba con ojos de hermano mayor mientras me cantaba...Yo me enamoré.

¿Y quién te crees que eres tú, siempre tú, siempre igual... si siempre está todo mal.? Ahhh me entiende, me tantea... Ahhh se enciende, coquetea, se evapora... y yo qué sé dónde va, dónde vive... y todo está mal, y siempre es igual. Y yo qué sé yo no soy detective. La paso fatal... Mi chica de humo.

De pronto se escuchó a alguien decir que ya se había encantado a todos los jugadores. Corrimos a la "bas" y comenzamos de nuevo el juego. Él siguió cantando y yo en lo propio. Mi memoria me remonta a ese día cada vez que, remasterizada o no, suena esa canción. Mi niña y yo, seguimos siendo felices con ese primer flashazo del amor.

7 comentarios:

RGalindez dijo...

La música siempre marca las etapas de nuestra vida y siempre que volvemos a escuchar alguna canción nos vienen de repente recuerdos y sobre todo sensaciones y emociones que fueron propias de ese tiempo. A veces se suele recurrir a la música para transportarnos, para revivir, o quizá para sentirnos vivos.

En mi vida, siempre hay música para mis recuerdos.

Saludos

Cl@udette dijo...

LA MUSICA ES ALGO QUE DISFRUTO, NO IMPORTA EL GENERO O EL RITMO QUE SE MARQUE....LA MAYORIA DE LAS VECES EL SOLO HECHO DE REMONTARME A BELLOS MOMENTOS ME HACE SENTIRME MUY COMODA CON SU SONIDO =D

SALUDOS

Zereth dijo...

Es curioso tener recuerdos tan gratos con una canción que de otra manera no habría adquirido tanta importancia para ti, o habría sido desechable.
Pero ve, la huella más remota de amor incrustada en Chica de humo.


Besos

Anónimo dijo...

BUENO, PERO QUIERO MÁS HISTORIAS DE HOSPITAL. SALUDOS

Cometa dijo...

Musica y el flechazo de amor... son cosas preciosas que nos da la vida...

Musica siempre te lleva a momentos, buenas o malas (de preferencias buenas)...

Pero el flechazo de amor ..ahhh!!

Buenos recuerdos ;)

Cometa

Iliana dijo...

Esa canción es muy pegajosa, a mí las canciones de Emmanuel también me traen muchos recuerdos. Tal vez la que mencionas no, sino otras más viejitas, pero de él.
Este recuerdo que describes es muy cándido y tierno.
A mí por ejemplo, aunque no me gusta Luis Miguel, su canción de "Palabra de honor" me recuerda la secundaria cuando la cantábamos mis amigas y yo y cada vez que la escucho me viene a la mente.
Saludos.

Antonio dijo...

Lo más interesante de esa epoca, según mis propios recuerdos, es la inocencia, sentimientos puros, todo el mundo en color azul... muy bonita historia.